En el último tramo del juicio por la desaparación de Paula Perassi, más imputados negaron su participación en el hecho. "Jamás hice un aborto. Soy pro vida", aseguró la mujer de 52 años acusada de haber interrumpido el embarazo de seis semanas que cursaba la víctima; mientras que el entonces empleado del principal acusado, Gabriel Strumia, espetó: "Me cagaron la vida". Los alegatos defensistas atacaron la teoría del caso de la Fiscalía y la querella. En la vereda del Centro de Justicia Penal, la lluvia no fue impedimento para que decenas de personas y organizaciones se acerquen a acompañar a los padres de la víctima. Con el cierre de los alegatos, hoy se conocerá la fecha para el veredicto.

"Les pido que me juzguen no por lo que dicen los medios, sino por lo que vieron acá en 30 días. Soy una persona totalmente inocente. Jamás cometí un aborto en mi vida. Tengo cinco hijos, dos con discapacidad", dijo Mirta Rusñisky. La mujer asoció el hecho de haber sido vinculada a la causa a su mala relación con un vecino. 

Su defensa reforzó la coartada de las pastillas abortivas halladas en su casa y dijo que las tomaba su marido porque sirven como protector gástrico para la medicación que toma por otras dolencias. "Todo lo que hay contra Mirta son comentarios: 'me dijo, me dijeron'", aseguraron. Y señalaron que se la empezó a investigar a partir de dichos de Alberto Perassi. "Todos vimos declarar a las fuentes de estos comentarios que Perassi nos trae en el mejor de los casos como un testigo de oídas. Sus dichos quedaron desacreditados. Es poco creíble".

Y agregaron: "Su yerno vino a declarar y dijo que no le consta que haya hecho abortos". Al mismo tiempo, indicaron que harán una presentación contra un agente que estaba en su momento en Asuntos Internos, porque "Vázquez fue ilustrativo al decir que Alberto estuvo durante su declaración".

Antonio Díaz, acusado de haber trasladado a Paula a Timbúes, junto a su patrón, Gabriel Strumia, también negó la imputación. "Siento que me estoy jugando la vida en este juicio y soy inocente. Siempre fui humilde, honesto", dijo. El 18 de septiembre de 2011, la noche que desapareció Paula, dijo haber estado todo el día en Totoras, en la casa de una familia. Según su defensa, regresó a las 21.45 y a las 22.30 se conectó una hora en la computadora, antes de irse a dormir. Para la defensa, "no existió una reunión en el Viejo Bar", donde dicen que estuvo con Paula y Strumia esa tarde; y asegura que el rastro que encontró el perro entrenado en un allanamiento a su casa y su auto, debe ser tomado "a lo sumo como un indicio, pero no como una prueba".

El descargo de los imputados se sumó a los que hicieron anteayer los integrantes del matrimonio Strumia, quienes también se desvincularon del caso.

Por su parte, el excomisario Adolfo Daniel Puyol, declaró: "El sábado pasado cumplí 4 años de injusticia. No tengo nada que ver con la desaparición de Paula Perassi. Todo esto arrancó por el dedo acusatorio del señor Perassi en 2012 donde empezó a decir por los medios, en marchas y por todos lados que yo era amigo de Strumia, que yo sabía lo que había pasado con Paula y es mentira".

Los principales imputados son Strumia, su esposa Roxana Michl, Díaz y la partera Rusñisky.