Un barco de la iglesia de la Cienciología, que descree de la medicina occidental y busca evitar los tratamientos médicos y las vacunas, está en cuarentena tras la detección de un caso de sarampión a bordo. Desde la nave, en la que se estima viajan unas 300 personas, pidieron cien dosis de vacunas a las autoridades de la isla caribeña de Santa Lucía, donde estuvo amarrado hasta ayer, cuando zarpó rumbo a Curazao.

“Dada la naturaleza altamente infecciosa del sarampión, además de la posibilidad de que otras personas a bordo del barco hayan estado en contacto y puedan transmitir la enfermedad, se decidió no permitir que ninguna persona desembarque”, dijo Marlene Fredericks-James, la máxima autoridad médica de la isla.

El barco en cuarentena es el Freewinds, una nave de 134 metros de eslora que normalmente está basada en Curazao y es utilizada por la Iglesia de la Cienciología como lugar de retiro. La cienciología corteja particularmente a las celebridades de Hollywood. Sus representantes más célebres son los actores Tom Cruise, John Travolta y Juliette Lewis, y el músico Beck.

Los cienciólogos no eluden explícitamente los tratamientos médicos ni abogan contra la vacunación, pero consideran que las enfermedades son una señal de debilidad de la que el enfermo es responsable. Por ende, son escépticos ante la medicina occidental.

De acuerdo a la doctrina de la Cienciología, los humanos están habitados por un espíritu inmortal llamado “thetán” que “anima” el cuerpo en el que viven temporalmente. Pasar una temporada en el Freewinds es un requisito necesario para alcanzar el nivel 8 de Thetán Operante, que es el máximo nivel de espiritualidad.

“Si un cienciólogo se resfría, le piden que escriba un ensayo sobre quién piensa él que está en contra de la Iglesia que pueda haberlo hecho enfermarse”, explicó Tony Ortega, un periodista independiente que investigó la Cienciología desde los años ‘90.

En su blog dedicado a monitorizar los acontecimientos vinculados a la iglesia y dar un espacio a los “apóstatas” que la abandonan, Ortega especula que probablemente muchos de los fieles a bordo no estén vacunados.

Respecto de la persona contagiada de sarampión, “definitivamente la estarán interrogando y la castigarán porque si te enfermas así, en la Cienciología, siempre será tu propia culpa”.

Que algo así ocurra en un lugar emblemático, como es el Freewinds, suma una complicación al “desastre de relaciones públicas” que representa este caso para la imagen de la iglesia. “Los cienciólogos no quieren ser asociados con algo así, es una historia terrible para ellos e increíblemente avergonzante –aseguró–. Esto es lo peor que les ocurre desde hace tiempo”.

Los últimos escándalos que afectaron  la Iglesia fueron las deserciones de las actrices Katie Holmes, en 2012, y Leah Remini, la estrella de The King of Queens, un año después.

En su sitio de Internet, la Iglesia describe el barco como “un lugar muy especial”. Pero sus críticos aseguran que también es usado como una forma de prisión para quienes dudan de la doctrina dentro del culto.

Los fieles a la Cienciología, una organización exenta de impuestos fundada en 1953 por el escritor de ciencia ficción Ron Hubbard, pagan decenas –y a veces cientos– de miles de dólares para avanzar en el “Puente hacia la Libertad Total”, con el fin de alcanzar éxitos económicos y espirituales.

Según reporta Ortega en The Underground Bunker, su portal dedicado a este culto, transitar el “Puente” puede costar de 500.000 a 2 millones de dólares.

Remini fue muy activa desde su deserción y lanzó recientemente una serie documental en el que denuncia supuestos abusos y acosos. La iglesia negó siempre tales acusaciones. Pero Jenna Miscavige, sobrina del director general de la organización, David Miscavige, y quien abandonó la Iglesia en 2005, también denunció trabajo infantil y distanciamiento forzado de sus familiares en una autobiografía en 2013 titulada Beyond Belief (“Increíble”).

El caso del Freewinds se da en un momento de rebrote del sarampión a nivel global, sobre todo debido a un movimiento antivacunación que se fue extendiendo en los últimos años. Según la Organización Mundial de la Salud, los casos de sarampión en el mundo se cuadruplicaron durante los tres primeros meses de este año, en relación al mismo periodo del año pasado.