El precio internacional de la soja anotó ayer su séptima caída consecutiva y cerró por debajo de los 300 dólares, lo cual constituye otra señal económica negativa para la economía argentina. La relativamente débil demanda de China junto a retrasos en la siembra de maíz en los Estados Unidos que hacen especulan sobre un incremento de la superficie destinada a la oleaginosa son algunos de los factores que explican la baja de la cotización. Además, el presidente norteamericano Donald Trump contribuyó a la caída del precio al anunciar la suba de las tarifas a las importaciones de China, lo cual complica la posibilidad de acuerdos comerciales.