Luego de haberse tomado un respiro el jueves, el dólar volvió a subir levemente en el inicio de la jornada de hoy. Cerca del mediodía, cotizaba a 45 pesos en el segmento mayorista, mientras que en las pizarras del Banco Nación trepó de 45,80 a 46,10 pesos. El Riesgo País, por su parte, también arrancó en alza al trepar de 920 a 932 puntos.

Más allá de las oscilaciones diarias, la divisa estadounidense permanece relativamente estable desde mediados de abril cuando en pocos días trepó de 42,65 a 46,90 pesos. Para domar al dólar, el gobierno mantiene la tasa de interés en niveles ruinosos para la actividad productiva. De hecho, este jueves cerró en 71,57 por ciento promedio.

El Riesgo País, mientras tanto, continúa cerca de los 1000 puntos, pese a los reiterados intentos del oficialismo destinados a llevar tranquilidad a los inversores en torno a la sustentabilidad de la deuda. El miércoles por la noche el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, apeló incluso a la “contabilidad creativa” al intentar relativizar el peso de una deuda que ya oscila el 100 por ciento del PIB:

–¿Cuál es la deuda hoy de Argentina contraída sobre el PIB y cuán gigante es? –le preguntaron.

–Hay distintas maneras de medirlo. Creo que el número relevante es la década que tenemos con el sector privado y los organismos internacionales porque luego hay un montón de deuda que nos debemos a nosotros mismos que es deuda que se deben distintas reparticiones del Estado. Si miramos la deuda con el sector privado y los organismos internacionales es cercana a 50 puntos del PIB, muy influido ese número porque esa deuda que no es intrasector público está casi toda denominada en moneda extranjera. La estamos midiendo en un momento de mucha depreciación del peso, pero si la tomásemos al tipo de cambio promedio del año pasado sería 35 por ciento. Siendo bien ácidos y tomándola con un tipo de cambio muy depreciado nos da el 50 por ciento del PIB, que es mucho menos que lo que tienen la mayor parte de los países del mundo.

Pese a los esfuerzos del ministro, los inversores continúan desconfiando, pues ven muy factible la posibilidad de que se avance con algún tipo de reestructuración luego de las próximas elecciones para hacer más sustentable el cronograma de vencimientos que enfrenta la Argentina en los próximos dos años.