El fiscal de Homicidios Miguel Moreno imputó ayer a los dos detenidos que el jueves por la noche le pegaron siete tiros a un joven en la puerta del boliche Roma. La figura delictiva es la de tentativa de homicidio agravado por el uso de arma de fuego más la portación de arma de guerra, con la que disparó uno de ellos a bordo de una moto, y el juez les dictó prisión preventiva por 15 días.

Moreno aguarda el peritaje sobre un teléfono "que podría vincular a los detenidos con otras personas relacionadas a otro hecho mayor ocurrido con anterioridad, en razón de que no tenemos a la vista ninguna motivación de enemistad previa ente víctima y atacantes", dijo. Se refirió a "otros hechos con armas hacia locales comerciales nocturnos, por lo cual no se puede descartar nada", cerró.

Lo que el fiscal no quiere verbalizar es la sospecha más que generalizada entre los investigadores: que Rosario asiste a un sistema de cobro extorsivo por la seguridad de los locales de diversión nocturna: quien paga trabaja tranquilamente, y quien no, puede llegar a lamentar un homicidio en la puerta de su local. Esta modalidad se hizo conocida con la organización delictiva conocida como Los Monos. Es que los fiscales interceptaron el teléfono de un cobrador de esa banda que está en prisión preventiva desde hace tres meses: Leandro "Chulo" Olivera, imputado como organizador de tres balaceras contra objetivos del Poder Judicial ocurridos el año pasado y se cree que hasta caer detenido en febrero pasado en la puerta del hotel Howard Johnson, de Italia y Mendoza, se encargaba en persona de cobrar semanalmente dinero en Roma. La sospecha es que le cobraban 20 mil pesos por semana. Algo pasó sin embargo porque el jueves, antes de la medianoche, uno de los dos ocupantes de una moto Honda XR 150 empezó a disparar contra un joven sin mediar palabra hasta vaciar el cargador de su pistola calibre 9 milímetros. El atacado se llama Valentín A., de 18 años y reside en la zona de Garay al 200. Ayer seguía internado en estado delicado, herido de siete balazos.

El fiscal no tiene indicios de que los pistoleros y el joven que sufrió siete disparos tengan una enemistad, ni siquiera que se conozcan.

La moto desapareció y rato después chocó en Paraguay y 27 de Febrero. Los ocupantes de la moto quedaron detenidos: Alejandro Ordoñez, de 19 años, y Gastón Aguilera, de 24, a quienes le secuestraron un arma 9 milímetros con aptitud para disparo y un teléfono celular que fue enviado a peritar.

Los dos acusados viven en la zona de Avellaneda al 4000 y los fiscales están chequeando su círculo social. "Hubo voluntad homicida porque si no hubieran querido causar una muerte no le habrían metido siete tiros a una persona a corta distancia" explicó ayer el fiscal Moreno.

Además de Roma, en el último mes hubo cuatro balaceras contra locales nocturnos: tres en Pichincha (uno de los comerciantes atacados irá este año a juicio por narcotráfico) y uno en San Martín y 27 de Febrero.