El título ya predispone el ánimo: De barcos y derivas. Una postal que da ingreso a las canciones. Diversas y consecuentes con la guía sensible de quien fuera distinguido recientemente en los premios Rosario Edita, en las categorías Mejor disco del año y Mejor disco de Cantautor/ra. Julián Venegas presenta su travesía personal esta noche, a las 21.30, en Teatro Lavardén (Sarmiento y Mendoza).

De barcos y derivas es su quinto disco y -dice el músico- las razones que lo distinguen están, primero, "en las ganas de darle más lugar a mi trabajo como intérprete y cantor, ya sea con canciones mías como de otros. También fue una manera de asentar algo que venía sucediendo en los últimos años, al compartir escenarios e invitaciones en discos, que me hicieron encontrar con un montón de repertorios contemporáneos, que me resultaron atractivos y apropiables, en el mejor de los sentidos. Fueron las ganas de poner todo eso en un concepto, en un disco, con un repertorio que me sonara rosarino, pero sin la intención de hacer un trabajo musicológico objetivo, sino de cantar lo que tenía ganas, a partir de la empatía. Como en aquella década del '80, cuando la camada de la trova rosarina decidió cantarse mutuamente".

--Esa elección de canciones, debe haber tenido un punto de encuentro con tu propia manera de entender la música.

--Ese nexo a veces se presenta con claridad, pero otras no tanto, es más una cuestión intuitiva. Tiene que ver con lo que me entusiasme cantar, sin saber muy bien por qué. Se da cuando siento que podría cantar con comodidad ciertas canciones. La elección de "El clásico" (Florencia Croci/Ramón Merlo), por ejemplo, aparece por una empatía por el fútbol. Fui futbolero toda mi vida, necesitaba describir mi paisaje sonoro y el fútbol tenía que estar presente. Siento empatía también con lo que hace Florencia Croci, desde ya, pero el tema del fútbol lo consideraba necesario.

"No hace falta ir a investigar, simplemente dejarse atravesar por el concepto, ser permeable, y devolverlo de la manera más sincera posible".

--Es notable cómo lo que se asociaría con cierto "color local", vos lo absorbés y devolvés de otra forma.

--Me parece que esos clichés suceden cuando el músico o la persona que quiere hacer arte no se deja atravesar, y por eso no devuelve un resultado artístico con sinceridad, con la sinceridad de su vida; porque no hace falta ir a investigar demasiado a ningún lugar, simplemente dejarse atravesar por el concepto, ser permeable, y devolverlo de la manera más sincera posible. Si es así, si hay sinceridad en la búsqueda, esa devolución va a sonar original.

--Los barcos son otra de las imágenes asociadas al Paraná, pero vos la indagás en su misterio.

--Cuando empiezo a juntarme con Marcelo Stenta, director también del disco, para escuchar repertorios y ver qué me resonaba, me muestra una canción de un alumno suyo de la escuela municipal, Mauro Planterose, a quien yo no conocía. Esa canción me gustó por la originalidad de cantarle a los barcos. A veces, nos sentimos obligados, al cantarle al río, de referir a los camalotes, al monte isleño, al pescador, como que si para hacer algo litoraleño fuese siempre necesario esto. Así que me encontré desafiado en la temática. ¿Cómo sería cantarle a los barcos? Fijate el tamaño que tienen y lo acostumbrados que estamos a que sean parte de esa ventana, y sin embargo yo no encuentro mucho repertorio que les cante, más bien hay un repertorio que se pone medio nostálgico, romántico de un litoral natural sin esa injerencia. A raíz de que compongo De barcos y derivas empiezo a sentir el armado de un concepto, de una idea un poco más clara acerca de las canciones que quería reunir y sobre lo que quería decir.

--A la vez, la palabra "deriva" asocia varias posibilidades.

--También tiene un sentido urbano, el de dejarse llevar por las calles, que el recorrido te sorprenda. Algo de eso tiene que ver con venir compartiendo discos, escenarios y composiciones, con otros artistas. Eso también es una manera de derivar, incluso en otros barrios musicales que no me resultan tan familiares para ver qué es lo que pasa. Ahí apareció un repertorio que quizás años atrás no me imaginaba, como estar cantando ahora a Juan Iriarte (Piel), por ejemplo, una persona que conocí relativamente hace poco, que me sorprendió y me acercó al tango.

--La génesis portuaria de la ciudad, seguramente tenga que ver con no poder eludir ciertas músicas.

--Viste que cuesta mucho darle una identidad sonora a Rosario, porque es una confluencia de todas esas cosas y ninguna se destaca más que otra. En Buenos Aires es el tango, en Córdoba el cuarteto, pero en Rosario hay de todo. El Chacho Müller hizo un esfuerzo, intentó que Rosario sea considerada el centro de la canción del litoral, y tampoco lo logró, porque ninguna música pasa por encima de otra.

Venegas presentará el disco con la misma banda con la que lo grabó, integrada junto a Marcelo Stenta (guitarra), Alfredo Tosto (batería y percusión), Federico Ramonda (bajo) y Mariano Ruggieri (piano y teclados). "Y se van a agregar algunos temas más, como una canción inédita de Sandra Corizzo, que quedó fuera de la grabación y nos vamos a sacar las ganas de hacerla. También una de las canciones del ciclo de video (disponible en YouTube) Ponele Reverb. La propuesta va a ser la de un paisaje sonoro que yo le ofrezco a la visita de un barco, desde mi punto de vista urbano y de mi relación con el monte isleño. Es lo que yo tengo ganas de cantarle", concluye el músico.