Una niña migrante salvadoreña de 10 años murió mientras se encontraba en un centro de detención en Estados Unidos en septiembre del año pasado, según informaron ayer autoridades estadounidenses. Este es el sexto caso de un menor de edad que fallece bajo custodia del gobierno en el último año. El gobierno del presidente estadounidense, Donald Trump, no dio, sin embargo, explicaciones de porqué se tardó tanto tiempo en dar a conocer el caso. 

El portavoz del Departamento de Salud y Servicios Humanos (HHS, en inglés) de Estados Unidos, Mark Weber, confirmó ayer la muerte de la niña, que se produjo antes de las cinco muertes de menores migrantes de las que se ha informado recientemente. El vocero no informó, sin embargo, cuándo había entrado la menor en territorio estadounidense o si iba acompañada por algún adulto. En un comunicado, Weber señaló que la niña, que no ha sido identificada, entró al centro de la Oficina de Reubicación de Refugiados en marzo de 2018 en un estado médico frágil y presentaba problemas cardíacos congénitos.

Tras complicaciones en una operación, la niña entró en estado de coma y fue posteriormente trasladada a un hospital de Phoenix, Arizona, para cuidados paliativos. Luego, la trasladaron nuevamente a la ciudad de Omaha, en el estado de Nebraska, para que esté más cerca de su familia, donde posteriormente falleció en septiembre de 2018. 

“Una tragedia más bajo nuestros ojos: la noticia de que una niña de diez años de El Salvador falleció bajo custodia de la inmigración estadounidense es simplemente indignante (...) El Congreso debe investigar este nefasto patrón de muertes de manera inmediata”, indicó Jess Morales, presidenta del grupo de defensa de migrantes Families Belong Together, en un comunicado.

Kevin McAleenan, el secretario interino del HHS –organismo que provee cuidados a niños que el gobierno considera que no están acompañados–, reconoció ayer en una audiencia ante el Senado que no todos los menores detenidos por el Gobierno tienen acceso a un pediatra. Sin embargo, aseguró que su agencia está haciendo un gran esfuerzo para que todos los que llegan a la frontera sean revisados por un profesional médico. “Hay un esfuerzo masivo en la frontera para proteger a los niños, y sé que hemos salvado docenas de vidas en los últimos meses”, defendió McAleenan.

El lunes pasado, las autoridades habían informado de la muerte de Carlos Gregorio Hernández Vázquez, de 16 años, en el centro de Weslaco de la Patrulla Fronteriza en Texas, seis días después de ser llevado a ese centro de detención, sin precisar la causa. McAleenan aseguró ayer que a Hernández se le ofrecieron cuidados médicos y que se está investigando su muerte de forma interna, pero insistió en que parte del problema fue que el Gobierno no tiene fondos suficientes para invertir en camas para varones adolescentes, que son la mayoría de los que llegan solos al país. “No podemos trasladar tan rápido como nos gustaría a los varones adolescentes para que tengan una situación mejor para sus cuidados”, argumentó el funcionario. El pasado 14 de mayo, un niño guatemalteco de dos años y medio de edad también murió estando bajo custodia de las autoridades tras haber estado hospitalizado y, al parecer, desarrollado una neumonía. 

Dirigentes demócratas están pidiendo que se investigue la muerte de la niña salvadoreña, así como las otras cinco muertes bajo custodia de la Patrulla Fronteriza estadounidense que se han dado a conocer. El diputado Joaquin Castro, acusó al gobierno de Trump, de encubrir la muerte de la menor. “Es indignante que otro niño haya muerto bajo custodia del gobierno y que la administración Trump no le haya dicho a nadie”, dijo el demócrata texano a la cadena CBS. “Encubrieron su muerte por ocho meses, aún cuando nosotros nos la pasamos preguntando si algún otro niño había muerto o si había alguno seriamente herido”, agregó. “Le damos (al gobierno) miles de millones de dólares y ellos quieren construir un muro en lugar de usarlo para asegurarnos de que la gente no muera y que puedan tratar emergencias médicas que puedan padecer los migrantes o los propios agentes fronterizos”, continuó. El miércoles se informó que los mil millones y medio de dólares que aprobó el Congreso para que Trump construya la frontera ya produjeron unos 27 kilómetros de vallas.  En los últimos meses ha aumentado el flujo de inmigrantes, en su mayoría familias y menores no acompañados procedentes de Centroamérica, que llegan a la frontera de Estados Unidos con México. Las autoridades arrestaron a 98.977 migrantes indocumentados en la frontera con México en abril, la mayor cifra de los últimos seis meses, de los cuales 8.897 eran menores no acompañados, según  La Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de EE.UU.