El Ministerio de Producción y Trabajo dispuso este viernes reducir aranceles de importación al 2 por ciento para un conjunto de autopartes, con el objetivo de bajar los costos de ensamblar automotores y estimular la comercialización. El listado está compuesto por 39 piezas que no se producirían actualmente en el país, aunque en el sector identifican problemas de claridad en algunas posiciones arancelarias que no están bien especificadas en el Boletín Oficial. La medida desestimula en el mediano y largo plazo la producción nacional de partes y alienta la reconversión de productores a importadores de autopartes. Desde la Asociación de Fábricas Argentinas de Componentes (AFAC), aseguraron a Página/12 que el compromiso con el Gobierno es que si una pequeña o mediana empresa comienza a producir o a desarrollar una pieza que se trae del exterior se aumentará automáticamente el arancel. La medida entrará en vigencia en 15 días.

La pérdida de poder adquisitivo de los salarios frente a una inflación en constante ascenso y el encarecimiento del crédito, producto de la suba de tasas de interés por parte del Banco Central para frenar la espiralización de precios, congelaron el consumo. La devaluación de la moneda además encareció el valor de los vehículos y de sus partes. Hoy la mayoría de los hogares se enfoca en sortear las dificultades para alimentarse y pagar los servicios cada mes y la compra de vehículos, que en algún momento fue una opción de ahorro, quedó relegada. Según el último informe de la Asociación de Concesionarios de Automotores, la venta de 0km se contrajo en abril un 52 por ciento respecto de igual mes del año pasado.

Esta caída del mercado interno impactó en la producción local, donde se van dando de baja líneas de montaje y se dejan de producir modelos que no son reemplazos. De acuerdo con el informe industrial de Indec, la división correspondiente a vehículos automotores, carrocerías, remolques y autopartes registró en marzo (último dato disponible) una caída de 30,2 por ciento interanual. Esto explica que el uso de la capacidad instalada se ubique al cierre del primer trimestre en el orden del 35 por ciento. Esto significa que el 65 por ciento de las plantas de las terminales y de las autopartistas está ociosa, con alto impacto en la mano de obra de un sector que emplea a más de 60.000 trabajadores (según datos oficiales).

Sin intención de recuperar el mercado interno, la respuesta oficial fue bajar costos, unos de los pedidos que terminales hicieron a la cartera de Producción que conduce Dante Sica. En julio del año pasado se había establecido un listado de bienes no producidos para que las automotrices las puedan importar al amparo de un régimen de reducción de aranceles al 2 por ciento. En la resolución que se publicó ayer se incorporaron 38 piezas que se utilizan principalmente en motorización y digitalización de diversas funciones incorporadas a los vehículos (tubos de caucho, motores de émbolo, botadores, inyectores, compresores, válvulas de freno y partes, bolas de acero, sellos, aros, luz de cortesía, limpiaparabrisas, interruptor de airbag, bujes y sensores, entre otros). “Se ha constatado la inexistencia de producción local de ciertas autopartes que no formaban parte del listado de autopartes no producidas, circunstancia que amerita la inclusión de las mismas”, afirma la resolución publicada.

La medida es de “carácter transitorio” hasta tanto se desarrolle la producción local de las autopartes involucradas “Esos productos se ponen después de chequear que no haya fabricación local y está pensado en bajar costos. Si apareciera alguna empresa que quiera fabricar las partes en el país o informe que comenzó a desarrollarlo (para su producción posterior), aunque eso le lleve unos o dos años, se sube inmediatamente el arancel”, ratificó a este diario el gerente general de AFAC, Juan Cantarella. Desde Producción insisten en que la medida “beneficiará a la productividad y competitividad de todo el complejo automotriz del país”. De acuerdo con un informe de la Asociación de Fábricas de Automotores, el precio de salida de fábrica de un auto en la Argentina es de 15.900 dólares, mientras que en Brasil, un vehículo equivalente tiene un costo de fabricación de 12.700 y en México, se ubica en 9600, pese a la baja de salarios en dólares, en particular del sector manufacturero.