PáginaI12 en España
Desde Madrid

El próximo 26 de mayo, cuando se celebren las elecciones al Parlamento Europeo en España, Mónica Silvana González, nacida en Corrientes, Argentina, en 1976, podría convertirse en la primera europarlamentaria de origen sudamericano. El Partido Socialista Obrero Español (PSOE) la ha elegido  para integrar una lista de candidatos que lidera el ministro de Exteriores Josep Borrell, y que, según los últimos sondeos, sería la más votada. 

González ha llegado hasta esta instancia después de atravesar un largo y pedregoso camino que comenzó veinte años atrás, cuando partió a Madrid desde Corrientes. Si bien su idea era regresar a Argentina cuando acabaran sus estudios, la crisis económica del país la persuadió para permanecer en Europa, a pesar de no contar con documentos legales. Esa condición inclinó cuesta arriba sus primeros años en España, en los que debió trabajar en diversos empleos precarios -una realidad que conocen muchos compatriotas que llegaron a Europa sin documentos que les permitieran la residencia legal. 

En el 2004, cuando ya contaba con ciudadanía española, ingresó en la política local a través de un cargo de concejala en la localidad de Alcalá de Henares, en la región de Madrid. A raíz de esa responsabilidad conoció, algunos años después, a Pedro Sánchez, presidente del gobierno español, que en aquel tiempo era concejal por la capital española. Desde entonces ha militado a su lado, incluso durante los años en que el mandatario se enfrentó al establishment del PSOE para recuperar la Secretaría General del partido. Por aquella lealtad, y una trayectoria legislativa destacada en el ámbito de los derechos de las diversas minorías, la dirección del PSOE eligió a González para ocupar un puesto en el próximo Parlamento europeo.

–¿Esta elección es clave por la  irrupción de partidos eurófobos?

–Vivimos en un tiempo sumamente convulso. Estamos ahora mismo viendo lo que sucede con el Brexit, o cómo las fuerzas euroescépticas intentan destruir la Unión Europea (UE). Son unas elecciones trascendentales porque en la medida en que los partidos que creemos en los valores fundamentales de la UE salgamos fortalecidos, podremos hacer frente a las fuerzas eurófobas. Por otra parte, creo que la UE es un magnífico proyecto administrativo y económico, pero que está cojo en lo social.

–¿A qué atribuye que muchos votantes de izquierda se hayan volcado a fuerzas como 5 Estrellas o la Agrupación Nacional de Marine Le Pen?

–Creo que hemos dejado que Europa sea dirigida y entendida solo por grandes diplomáticos, con grandes carreras, pero alejados del discurso real de la gente. La mayoría de las personas no sabe que el enchufe que se usa en esta sala, se decide por una normativa europea, al igual que el combustible que vamos a utilizar. Creo que hay que hacer un mea culpa, y el PSOE lo está haciendo. Hemos dejado hacer Europa pero no la hemos explicado en las plazas, en los barrios, en los distritos.

–Hay muchos ciudadanos de­sencantados con la UE por sus políticas de austeridad.

–Yo creo que ese es el gran problema que tuvo Europa. Por eso creo que debemos afrontar todo un revisionismo en la política fiscal. No podemos percibir a Europa como esa madrastra que únicamente nos envía a los hombres de negro. El desafío de la Europa social que se viene es la de lograr una nueva fiscalidad. Que no quiere decir quitar impuestos, ni que piensen en que somos los rojos peligrosos. Todo lo contrario, los socialistas queremos riqueza, pero hablamos de distribuirla. Europa debe ser una madre que protege al ciudadano y no una madrastra que castiga con medidas fiscales.

–¿Cuáles serán las prioridades del PSOE en el Europarlamento?

–Fundamentalmente sociales. Si logramos el consenso con el resto del grupo queremos aprobar un Salario Mínimo Interprofesional para toda Europa, y un Seguro de De­sempleo para los 28 países miembros. También haremos todo lo posible para que el Brexit no se consume. Además, quiero comprometerme con el tema de la diversidad. Por primera vez, una persona que no nació en Europa estará en el Parlamento Europeo, y aprovecharé para llevar la voz de la diversidad. Creo que, aunque seamos españoles de origen, venimos de orígenes diferentes, con colores de piel diferentes, orientaciones sexuales diferentes, y de confesiones religiosas diferentes, y eso todavía no está representado en las diferentes instituciones de la UE.

–¿Cambiará la política exterior de la UE?

–Espero que cambie, y que gane mayor autonomía. Estamos en un eje copado por una creciente china que sigue expandiéndose cada vez más, sobre todo en el terreno de la tecnología electrónica, y por un unilateralismo de los Estados Unidos en el que pertenecer a la OTAN como la única garantía de protección no es efectivo. En este eje de dos grandes potencias, creo que la Unión Europea, que es una gran fuerza económica, no puede estar coja en defensa. Y no se trata de crear 28 ejércitos, sino de tener una estrategia coordinada.