La participación política de los jóvenes es un derecho, gritaron cientos de chicos y chicas que pasaron durante todo el día por la carpa del Padronazo, la actividad que, convocada a través de redes sociales, instó a todos aquellos que estaban fuera de los padrones (estiman que unos 600.000 además del 1.300.000 que debería figurar) a empadronarse masivamente. La reunión, que incluyó una radio abierta, un picnic colectivo y mucha música, fue a pleno sol y a metros de la Secretaría Electoral de Tucumán 1320, en la Plaza Lavalle. 

“Vinimos porque queremos explotar nuestro derecho”, dijo Valentina Buonocore, una de las muchísimas personas que se acercaron para manifestarse contra lo que consideran una suerte de proscripción encubierta. “Queremos votar y poder definir el futuro del país”, agregó a su lado Catalina Barbeito, ambas estudiantes del Lenguas Vivas Juan Ramón Fernández. 

La cita abarcó el horario completo de trabajo de la Secretaría Electoral. De 10 a 16 –“Justo en horario de clases”, ironizó Ofelia Fernández, referente juvenil y flamante candidata a legisladora porteña por el Frente Patria Grande–, y por allí pasaron miles de personas. Los organizadores estimaban que hay casi 600.000 jóvenes sin empadronar. Fernández, además, no dudó en remarcar que se trataba de un “olvido” con clara intencionalidad política. 

Con planillas llenas de datos para hacer un seguimiento de los casos que presentaron los papeles y pidieron ser empadronados, el abogado Julián Hoffele, que estuvo todo el día asesorando a la gente que se acercó y mostró un listado que tenía a más de 300 anotados, señaló: “Vino muchísima gente y aunque vinieran solo 10, esta movida valdría la pena, porque es un derecho y queremos que estén todos los que deben estar empadronados”. Otra vez, la palabra clave de la jornada: derecho. 

Entre picnics, música y un clima distendido, la radio abierta tuvo sus picos altos con la improvisación de Fabio “Mosquito” Sancinetto, las actuaciones de Martín Rechimuzzi, Pedro “El Cadete” Rosemblat, Gabriela Borrelli y Virginia “Señorita Bimbo” Godoy. Por su parte, Sol Prieto, doctora en Ciencias Sociales y militante de Futura, desde donde intentan instalar la candidatura de Matías Lammens a la jefatura de Gobierno porteño, se acercó a acompañar la movida: “En todo el mundo, el factor generacional se está volviendo cada vez más definitorio de las preferencias políticas. Las encuestas muestran que los mayores de 65 quieren privatizar el subte y servicios públicos, en general, cosa que es diferente en la juventud. Me parece saludable que las y los jóvenes se hayan organizado, eso muestra que la democracia está muy instalada en ellos”.

Una de las sorpresas de la jornada fue la presencia de personas mayores, pero que tampoco estaban empadronadas. Tadeo Bricknehr, estudiante de arquitectura y docente de educación física en una escuela, por ejemplo, tiene 20 años y nunca votó: “No figuraba y las veces que reclamé o me faltaban papeles o no me daban bolilla. Esta vez insistí y voy a empadronarme porque estoy harto de que en casa mis viejos no puedan llegar a fin de mes”. No fue el único que refirió problemas lejanos, a pocos metros de él estaba Micaela Domenici, alumna del último año del Colegio Bethier, pero con 19 años, que nunca figuró habilitada para sufragar: “Nunca me importó, pero este año creo que tengo que participar”. 

El padronazo surgió de “El Comando”, un grupo sin nombre ni forma estructurada, pero en el que abrevan Fernández, Rechimuzzi, Rosemblat y más de 100 personas; y que semanalmente discute actividades de intervención política por fuera de la militancia orgánica y tradicional que cada quién tenga. Al cierre de la jornada no descartaban participar de la movida de la Corriente de Estudiantes de Base que el lunes convoca a empadronarse a todos los que aún no lo hayan hecho. Además, un fallo de la Justicia Electoral autorizó a que puedan hacerlo, desde cualquier punto del país, vía web en www.padron.gob.ar.

“Yo quiero votar y definir el futuro del país, aunque mi voto no decida todo, creo que suma”, esgrimió sus argumentos Abril Holzer, alumna de la Escuela Técnica Fernando Fader, que junto a su mamá se acercó para reclamar que se la incluyera en el padrón. Mientras tanto, por detrás, Tomi Lago ensayaba unos tangos y desde la radio regalaban libros a quienes tuvieses fotos con Cristina Fernández de Kirchner o con Milagro Sala. 

“Y ahora tomate el palo, ahora tomatelo”, la canción de Miss Bolivia sonó varias veces durante el día y, cada vez que apareció, fue dedicado por los presentes, que rotaban constantemente, al presidente Mauricio Macri.