Mauricio Macri enfrentó esta semana el quinto paro general. El motivo de la protesta fue un llamado de atención al gobierno para que reaccione tomando medidas que reviertan la crisis económica y social. Sin embargo, la administración Macri no sólo hizo oídos sordos a los reclamos, sino que también cuestionó el impacto de la medida. El ministro de Producción, Dante Sica, calificó el paro como “inoportuno”, ya que se produce “en el marco en el que estamos, saliendo de la crisis y enfrentando con todas las herramientas que tenemos a disposición los impactos que haya tenido”.

Acompañando esas declaraciones, el Ministerio de Hacienda difundió entre los periodista una estimación del costo del paro. Según los cálculos de Dujovne, el paro tuvo un costo de 40.000 millones de pesos, aproximadamente el 0,22 por ciento del valor de la producción anual. Los sectores que más perdieron fueron la industria con 8167 millones de pesos, seguida por el comercio con 6935 millones) y las actividades inmobiliarias con 4857 millones. Las estimaciones de Hacienda tienen implícito un acatamiento al paro de aproximadamente el 60 por ciento en promedio. Los sectores de máximo acatamiento serían la construcción y servicio doméstico, mientras que en agricultura y servicios eléctricos, gas y agua serían nulos.

Los datos de acatamiento sectorial implícitos en la estimación de Hacienda no dejan de llamar la atención. No sólo porque fueran difundidos antes de producirse el paro, siendo ya de por sí dignos de Nostradamus, sino también porque el acatamiento máximo se produce en sectores que tienen un porcentaje importante de su planta laboral sin registrar, como es la construcción y el servicio doméstico. Por otro lado, dado que el paro afecta fuertemente la actividad industrial (70 por ciento de acatamiento implícito en el cuadro elaborado por Hacienda), no se comprende como no puede impactar en el consumo de electricidad, agua y energía que son insumos básicos de cualquier industria.

Por otro lado, la estimación del gobierno supone que los sectores económicos están trabajando al máximo de su capacidad. Si se considera que el Indec informa que, por ejemplo, la industria sólo utiliza el 57,7 por ciento de su capacidad productiva, la pérdida por el paro en el sector sólo alcanzaría a ese porcentaje de su capacidad productiva diaria. Pero además, la menor producción del día del paro podría ser fácilmente recuperada elevando mínimamente la producción los demás días. De la misma manera, dado que las ventas de los comercios están cayendo casi 15-20 por ciento en términos reales respecto al año pasado, las menores ventas del día del paro pueden fácilmente compensarse los próximos días sin que nadie suponga abarrotamientos de clientes insatisfechos en las puertas de los locales.

Aún más, dado que la crisis económica está provocando una caída de la actividad de casi el 7 por ciento interanual en los últimos meses, donde las perspectivas más optimistas hablan de una baja del PIB de 3 puntos porcentuales para el presente año, las supuestas pérdidas del paro podrían transformarse en ganancia si fuerzan un cambio en el rumbo de la política económica.

@AndresAsiain