A dos meses del derrumbe en el barrio de San Cristóbal que le costó la vida al joven trabajador de canal 7 Adrián Continiello, la investigación judicial avanza y aporta algunas certezas. Está confirmado que Caputo Hermanos S.A., la compañía de Flavio y Hugo Caputo, hermanos de Luis –el ex ministro de Finanzas del gobierno actual– participaba en el fideicomiso Pavón 3062, que financió la obra lindera al edificio de tres plantas que se desplomó. La construcción corría por cuenta de Lybster S.A, que acumulaba irregularidades según había denunciado la Uocra. Una de ellas la explicitó Esteban, el hermano mayor de Adrián, en diálogo con PáginaI12: “La empresa se ahorró 6 mil dólares en la excavación porque no hicieron la submuración. Adrián terminó por eso enterrado bajo ocho metros de escombros”. La sociedad cuestionada por el gremio había contratado al arquitecto Eduardo Agustín Aguaviva –empleado jerárquico de los Caputo– para el proyecto y dirección de la obra. El profesional sería el más comprometido en la causa caratulada como estrago seguido de muerte, donde todavía no se realizó el peritaje técnico que se encomendó a la Superintendencia de Bomberos de la Policía Federal. 

“Esta semana comenzará la remoción de escombros, de la que pueden surgir elementos para la pericia. Nosotros como querellantes apuntamos a todos los responsables intervinientes, en todos los niveles. Desde los responsables de la obra, la empresa que los contrató, el fideicomiso (que es el comitente) y los organismos de control. Cómo es que la obra avanzó y de la manera en que lo hizo y el riesgo que conllevaba y nadie pudo advertirlo”, señaló el abogado de la familia Continiello, Leonardo Adrián Menghini.

Además de los presuntos responsables privados, resta comprobarse si hubo funcionarios del gobierno porteño involucrados. Pertenecen a la Dirección General de Protección del Trabajo (DGPT), la Agencia Gubernamental de Control (AGC) y la Dirección General de Registro de Obras y Catastro (Dgroc). El hermano mayor de la víctima había mencionado al arquitecto Aguaviva, a su colega Valeria Mamani, a la responsable de Seguridad e Higiene de la obra y a la empresa de demoliciones Mitre. También señaló a Lybster y al fideicomiso Pavón 3062. La constructora aparecía en el cartel del obrador con dirección en la calle Conde 2003 de la CABA, pero ahora se confirmó que también figura con el domicilio de Sarmiento 1171, 1° Piso, oficina Nº 1, de San Miguel, provincia de Buenos Aires. La presidenta de esta SA es Norma Eugenia Mendes Simoes e integra el fideicomiso con Caputo Hermanos, según reveló Menghini. 

Esteban intentó que Horacio Rodríguez Larreta le diera una explicación por el derrumbe, se topó con él a la salida de un canal de televisión, pero el jefe de Gobierno porteño lo evitó (ver aparte). En la cuadra de Pavón al 3000 se habla de un video donde se observaría a la arquitecta Mamani decir por teléfono “yo te avisé que esto iba a pasar” el día que se desmoronó la vivienda. Mientras tanto, el arquitecto Aguaviva y Lybster S.A preparan sus defensas asistidos por conocidos estudios de abogados como Cúneo Libarona y Llambías. 

La instrucción de la causa pasó del juez nacional en lo Criminal y Correccional Martín Peluso –quien se declaró incompetente por el traspaso de varios juzgados a la ciudad de Buenos Aires– a la magistrada del fuero Penal, Contravencional y de Faltas porteño, Graciela Dalmas. Pero la investigación la lleva adelante la fiscal Daniela Dupuy. “La causa tuvo importantes avances, pero no en las responsabilidades”, explicó Menghini. 

En esta etapa todavía no se citó a declarar a Aguaviva ni a las autoridades de Lybster. Tampoco a los organismos de control que quedaron cuestionados desde sus propias entrañas. El inspector Edgardo Castro, de la Dirección General de Protección del Trabajo (DGPT) y reconocido especialista en siniestros, informó: “Les pedí a mis superiores la documentación de las actuaciones, pero hasta ahora no informaron nada. Ellos dicen que suspendieron la obra, pero el cartel de clausura que puso la DGPT es del 4 de abril, posterior al hecho que ocurrió el lunes 1º durante la tarde”. 

En la construcción en la que quisieron ahorrarse 6 mil dólares en gastos se iba a levantar un edificio de diez pisos con 62 departamentos de 1, 2 y 3 ambientes. En el décimo estaban previstos la piscina, el solarium y el SUM. En el subsuelo las cocheras. Pero a poco de moverse la retroexcavadora sobre el terreno, habían comenzado a tambalear los cuadros sobre las paredes del departamento de Adrián. “Mi hermano les pateó la puerta, les avisó, pero lo ignoraron”, comentó Esteban, quien se convirtió hasta ahora en la cara más visible de la familia para denunciar lo que pasó el 1º de abril.

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