Hay olor a barro, hay olor a pasto. Y esta apreciación no se viste de exageraciones para romantizar el underground: durante la fecha inaugural de El Eje de la Rima, primera competencia de freestyle del conurbano que pasa de las plazas a los escenarios, lo que más se huele es el barro y el pasto. Allí, en una suerte de patio conurbano de un viejo caserón al costado del Centro Cultural Raíces, entre las calles España y Sarmiento, en lo más profundo del barrio de San Miguel, un tendal de pibes y pibas se organizan esperando su gran oportunidad para rapear.

“Yo escuché que arrancaba a las 3 puntual”, resbala CTZ, uno de los jóvenes competidores sub15 con más proyección de la escena local. Son las 4 de la tarde y, después de un parate, la vuelta de El Eje de la Rima se hizo esperar. “Si van al baño, no lo tagueen”, pide con ternura Daro Dos Santos, el alma máter de esta competición. En el buffet del lugar, algunos restos de muestras de arte y un cuadro de Evita que protege el espacio.

Ésta es una competencia con espíritu under pero con aspiraciones de profesionalización. Por eso y por otras cosas más, ahora se hace con micrófono, sonido y escenario. El Eje de la Rima es un evento de freestyle que alguna vez juntó a 700 pibes y pibas en una plaza. No obstante, amén de la insistencia de Daro Dos Santos y los suyos, la municipalidad y su equipo no atienden sus demandas. ¿Qué buscan? Algún tipo de aval cultural, un acompañamiento formal que colabore a contener y estimular a tantos chicos. “Nos gustaría que nos pudieran ayudar con ambulancias, policía y baños químicos”, cuenta Daro. Por el momento, el intendente de la zona, Jaime Méndez, de Cambiemos, no accedió a reunirse con ellos.

Mientras tanto, antes del desarrollo de la primera fecha, en ese patio conurbano se da una sorpresa: la competencia de improvisación para sub16. “Escabio y marihuana afuera del Centro Cultural”, pide Roma, MC y anfitriona de esta competencia. El jurado se posa en un escalón y se arma la ronda: ahí vive el espíritu de los batalleros callejeros. En la final se enfrentan Parawa (un pibito working class hero muy querido por la gente y por sus compañeros, que escupe rimas y varias veces al piso) y CTZ, con victoria para este último. “Igual siento que no rapeé tan bien”, se exige el vencedor. “Me ganó bien”, corrige Parawa. Ambos clasificaron directamente para El Eje de la Rima sin pasar por las rondas preliminares.

“En las preliminares se vota con calificación para que no se luzca nada más que el punchline de los competidores”, explica Daro sobre la metodología. Los 22 mejores MC pasan a El Eje de la Rima. Y esta edición, la cuarta, tras hacer base durante varias oportunidades en la Plaza San Miguel, busca afinar algunas nociones que acompañen este tiempo: con la llegada de la Freestyle Master Series y la consolidación mainstream de la Red Bull Batalla de los Gallos, en Argentina la disciplina se está profesionalizando. Jubilados los berretines y barderos, todos los pibes quieren ser realmente los mejores. Y El Eje de la Rima se perfila para erigirse como el semillero del conurbano bonaerense.

Y, de todas las competencias de Buenos Aires, es la que más fielmente revive un espíritu icónico de la cultura pop: las batallas de improvisación de Eminem en 8 Mile, una de las películas que destrabó data y acercó a la cultura del hip hop a miles de jóvenes del mundo. Como en ella, una suerte de club oscuro será el lugar que arrope a los más talentosos del Eje.

“Nosotros acá queríamos rapear y no teníamos nada cerca”, desliza Daro. El único antecedente era Sabiduría, una competencia que se realizaba cada seis meses. Entonces, rápidamente se convirtieron en la compe cabecera de zona norte y en la segunda del país en pasar de la plaza al escenario, después de El Quinto Escalón. “Tomé la posta y acá estoy: me convertí en productor”, sigue Daro, un ex vendedor de electrodomésticos devenido en jurado (en Cultura Rap) y, ahora, organizador de esta familia.

Si bien El Eje de la Rima no suma puntos para la clasificatoria de la FMS, el premio para el ganador de la fecha es de 3000 pesos en efectivo. En época de vacas flacas, es un interesante atractivo para los competidores. “Los grandes referentes de la escena pasaron por acá: Acru, Juancín, Pedro Peligro, El Misio”, cuenta el organizador. Además, el ganador del torneo clasifica a la Gold Battle Mendoza, otra de las competencias codiciadas en el mundillo.

Entretanto, después de desarrollar batallas sumando palabras para improvisar y algunas temáticas – hubo “represión” y “dictadura”– se dio un momento para la experimentación: en un round de la final, los MC podían hacer dupla con cualquiera del resto de los participantes de la competencia. Así, Tuqu pasó con SLR y Doble J con Burgos. “Me critica por vivir de lo que me gusta”, sacudió Tuqu a Doble J y se llevó la primera fecha de El Eje de la Rima, la competencia de freestyle que, un domingo por mes, aportará su cuota de profesionalismo con olor a underground.

* La segunda fecha de la cuarta temporada de El Eje de la Rima será este domingo 9/6.