Más de 10.000 personas pidieron la igualdad para la comunidad LGTB+ de Jerusalén en una marcha más reivindicativa que festiva, entre fuertes medidas de seguridad por la hostilidad hacia esta comunidad y el conservadurismo en una ciudad sagrada para las tres religiones monoteístas. Para el rabino reformista de origen argentino Uri Ayalon, el mensaje que envía esta marcha por las calles de Jerusalén no sólo es de orgullo, sino también de “tolerancia”. “El judaísmo dice que fuimos creados a imagen de Dios y la igualdad y estar todos y que cada uno viva a su manera es algo muy importante. Cuando se hace en Jerusalén es más fuerte todavía”, declaró Ayalon. El recién nombrado ministro israelí de Justicia, Amir Ohana, del partido derechista Likud y declarado abiertamente gay, estuvo en el inicio de la marcha, que al principio del recorrido se topó con una contraprotesta de la organización religiosa judía Hazón, separada por vallas de seguridad, de donde partieron insultos contra los manifestantes.