Aung San Suu Kyi y Viktor Orban consideran que la inmigración y las “poblaciones musulmanas en continuo crecimiento” son uno de los mayores desafíos que enfrentan sus países. Como parte de un raro viaje a Europa, la líder de Myanmar, que fue condenada por su manejo de la crisis de refugiados de Rohingya, se reunió con el primer ministro húngaro en Budapest.

“Los dos líderes destacaron que uno de los mayores desafíos en la actualidad para ambos países y sus respectivas regiones, el sureste de Asia y Europa, es la migración”, dijo el gobierno húngaro en un comunicado después de la reunión. “Señalaron que ambas regiones han visto surgir el problema de la coexistencia con poblaciones musulmanas en continuo crecimiento”. Orban dijo que Hungría estaba a favor de la cooperación comercial entre Myanmar y la Unión Europea (UE), pero rechazó los “intentos de exportación de la democracia”. Dijo que los burócratas en Bruselas y en otras partes del oeste “buscan fusionar temas no relacionados, como la cooperación económica y las cuestiones políticas internas”, según el comunicado. El líder de extrema derecha se ha enfrentado en repetidas ocasiones con la UE por el tema de la inmigración después de que su gobierno declarara “una situación de crisis debido a la inmigración masiva” en 2015.

Orban ha pedido que la inmigración sea controlada por los gobiernos nacionales, no por los burócratas de la UE, y dijo que se resistirá a cualquier intento del bloque de despojar a Hungría de su derecho a proteger sus fronteras. Su gobierno fue acusado de utilizar una retórica antimigrante que alimenta las “actitudes xenófobas, el miedo y el odio”, en un informe del comisionado de derechos humanos del Consejo de Europa.

Suu Kyi fue alabada una vez como campeona de la democracia después de ser elegida como una  líder civil en 2015 luego de 15 años de arresto domiciliario por oponerse a la dictadura militar de Myanmar. Pero desde entonces ha caído en desgracia en el escenario mundial por no  haber condenado la violenta represión del ejército contra la minoría musulmana Rohingya en 2017. 

La masacre, que vio a miles de rohingyas violadas y asesinadas, fue descrita por la ONU como un acto de genocidio. El gobierno de Suu Kyi no ha tomado las medidas necesarias para garantizar el retorno seguro del millón de rohingyas que ahora viven en los campamentos de refugiados en Bangladesh.

Emma Snaith: De The Independent de Gran Bretaña. Especial para PáginaI12.

Traducción: Celita Doyhambéhère.