La Secretaría de Salud de la Nación confirmó la existencia de un caso de rubeola en la ciudad de Buenos Aires. Se trata de un chico de siete años de edad, que no había sido vacunado, motivo por el cual se lanzó un alerta epidemiológica.

El niño con rubeola presentó exantema el 8 de mayo, más tos, catarro y adenopatías en las vías aéreas superiores. En este momento se investiga la fuente de infección y están bajo seguimiento los contactos del menor. Un hermanito presentó una erupción compatible con la enfermedad, aunque en su caso están pendientes los análisis del laboratorio.

El caso porteño es el segundo que se detecta de rubeola en el país en lo que va de 2019. El otro surgió en la provincia de Córdoba. Los últimos casos endémicos de rubeola se habían detectado en 2009. Desde entonces, y hasta fines de 2018, se habían detectado solamente cuatro casos, los dos últimos en la órbita porteña en 2014.

La rubeola es una infección viral contagiosa que se distingue por un sarpullido característico. Aunque comparte el sarpullido rojo con el sarampión, no es la misma enfermedad, ya que la causa es un virus diferente. No es tan infecciosa como el sarampión

Las autoridades recomiendan una dosis de vacuna triple viral (sarampión-rubeola-paperas) entre los doce meses y los cuatro años de vida. A partir de los cinco años, se deben acreditar dos dosis con doble o triple viral después del primer años de vida. No se recomienda vacunación a los nacidos antes de 1965, porque se los considera inmunes a la enfermedad.

Ante un posible caso de rubeola se recomienda informar de inmediato a las autoridades sanitarias, recolectar muestras para diagnóstico etiológico a través de una muestra de sangre e hisopado nasofaríngeo, así como el aislamiento del paciente hasta los siete días posteriores a la aparición del exantema, para evitar contagios.