Como integrante de la comisión fiscalizadora, Martín Jaite forma parte de una dirigencia de la Asociación Argentina de Tenis que asumió un año atrás y que busca engrosar las bases en plena crisis económica. “En Argentina hay un par de jugadores que son extraterrestres, que cayeron acá y que iban a jugar al tenis pasara lo que pasara: Coria, Nalbandian, Del Potro y Gaby Sabatini. Ellos juegan y parecen Julio Bocca. Después están los obreros del tenis, incluido Guillermo Vilas, que fue un talentoso desde otro lado. Hoy hay buenas camadas pero es difícil pensar si un chico va a ser bueno porque puede explotar después a los 25 años como le pasó a Lóndero. El tenis argentino no está mal, el problema es que siempre comparamos con La Legión, que fue extraordinaria”, detalló el ex top ten.

–¿Cómo afecta la realidad actual?

–Desde que llegamos nosotros, con Agustín Calleri a la cabeza, encontramos una situación complicada. Por eso la AAT no puede apostar demasiado a hacer torneos, aunque es muy necesario para el desarrollo. Tenemos que trabajar sobre la base social. Hoy la gente no tiene recursos y para jugar al tenis necesitás plata. La gente la está pasando mal en Argentina. La crisis afecta a todos, en todas las escalas. El que menos tiene lo sufre más pero todos empezamos a tener otras prioridades, a reducir y a perder calidad de vida. Los gobiernos deberían saber que con el deporte solucionás muchas cosas. España tuvo un repunte general desde los Juegos Olímpicos de Barcelona, cuando empezaron a darle un apoyo mayor al deporte para sacar a los chicos de la calle. Con el deporte direccionás mejor el presupuesto.

–¿La AAT trabaja en la concientización sobre las apuestas y el arreglo de partidos?

–El tema de las apuestas es mundial y es muy difícil de manejar. La ATP hace un esfuerzo enorme, yo tengo a los veedores todos los años en el Argentina Open. No es responsabilidad directa de la AAT. Es el problema crece en los torneos menores, porque los chicos están tentados al atajo. Desde la AAT estamos armando un programa para ir a los torneos a dar charlas para los chicos, incluso con jugadores involucrados que puedan aportar la experiencia que tuvieron. Pero más allá de lo que podamos hacer, es difícil frenarlo en un mundo en el que el jugador necesita salir a flote.