“Este gobierno encarna a un grupo de empresarios que está respaldando un plan, que le ha comprado llave en mano al Fondo Monetario y que consiste en llevar a la Argentina a un modelo de economía primaria. En ese marco, destruyen el sistema de ciencia y técnica, atacan al Conicet y a la universidad pública, al INTA y al INTI”, dijo el diputado y ex presidente del Conicet Roberto Salvarezza, en el marco del debate “Cientificidio: el ajuste en ciencia y tecnología”, que se realizó en el Centro Cultural de la Cooperación Floreal Gorini. Alberto Kornblihtt, Gabriela Diker, Nuria Giniger y Martín Cortés también participaron del encuentro.

El eje del debate fue la crítica situación que está atravesando la ciencia argentina producto de las políticas del gobierno de Mauricio Macri, que incluyen recortes presupuestarios y ajuste salarial, reducción del ingreso de nuevos investigadores, cancelación de fondos para congresos, imposibilidad de renovar insumos básicos en laboratorios y caída de los subsidios a la investigación, entre otros factores.

En su presentación, Salvarezza definió como falsa la antinomia entre “ciencia útil y ciencia inútil”. “Con eso nos han querido fragmentar y hacer confrontar”, indicó el diputado. “Podemos decir lo que necesita hoy el país, ¿pero alguien puede predecir lo que necesitamos en un mundo cambiante, desafiante, con nuevas tecnologías? ¿Cómo no es posible apoyar toda la ciencia?” 

El biólogo molecular y director del Conicet Alberto Kornblihtt también se refirió a los cuestionamientos oficiales a la utilidad del conocimiento científico, haciendo alusión a dichos del secretario de Ciencia, Lino Barañao. “Barañao dijo, refiriéndose a las ciencias sociales, ‘el que quiera hacer historia medieval que vaya a hacerla a la universidad’. Es decir, limitó el ámbito del Conicet a la producción de cosas que tuvieran utilidad para las empresas, y descalificó a la universidad, como el sumidero en el cual se pueden hacer cosas inútiles, total no importa. Eso caracteriza el escarmiento a la ciencia con desvalorizaciones y desprestigio” destacó el nuevo director del Conicet por el área de Ciencias Biológicas y de la Salud.

“En ese panorama vino el caldo de cultivo para el ajuste, el caldo de opiniones es el que posibilitó el ajuste, y la pasividad de la comunidad científica frente a ese ajuste, cuando redujo en 500 puestos la entrada al Conicet”, indicó Kornblihtt.

La investigadora del Conicet Nuria Giniger, militante de Liberación- Corriente de Universidad, Ciencia y Tecnología, se refirió al “cientificidio” como una categoría creada por el movimiento de científicos “para explicar cómo el Estado argentino conducido por el gobierno macrista está destruyendo el sistema de ciencia y tecnología público”. 

En ese sentido, resaltó que la destrucción del sistema científico se da en varios registros y no solo a través del ajuste presupuestario. “Por un lado, se limitan las capacidades reflexivas de una porción de nuestro pueblo, pero, además, se desarticula la producción de conocimiento en relación con los principales problemas de nuestra sociedad, la educación, el trabajo, la vivienda, la salud, entre otros. De eso se trata también producir ciencia y tecnología”, aseguró.

Para Gabriela Diker, rectora de la Universidad Nacional de General Sarmiento, el “cientificidio” es “el desmonte del sistema de ciencia y tecnología que tiene su expresión material más clara en el ajuste presupuestario y su expresión simbólica más clara en la degradación del Ministerio de Ciencia y Tecnología”.

Diker propuso pensar algunos reduccionismos que se deberían tener en cuenta al momento de pensar líneas de acción para reconstruir el estado de la ciencia. Uno de ellos sería el que reduce el problema de la ciencia y la tecnología al Conicet. “El sistema científico tecnológico nacional es bastante más complejo que solo el Conicet. El hecho de sostener la pelea en relación con el Conicet ha invisibilizado otras peleas por ejemplo la del desmonte completo del INTI”, remarcó, y agregó: “Esta reducción también invisibiliza el lugar de las universidades nacionales en la producción de conocimiento científico tecnológico”. 

El otro reduccionismo señalado por Diker es “el que reduce el problema de la ciencia y la tecnología al ajuste presupuestario”. “El ajuste es sin dudas la expresión material más contundente de la actual situación de la ciencia y la tecnología. Pero el ajuste no puede sostenerse si no en la medida que se instala en la opinión publica la convicción de que ese ajuste es necesario y legítimo”, señaló la rectora.

En la misma línea, se pronunció Martín Cortés, investigador y coordinador del Departamento de Estudios Políticos del CCC, quien consideró que “cuando hablamos de cientificidio, de neoliberalismo en la ciencia, hay un primer elemento que surge y tiene que ver con el ajuste”. “Por supuesto, eso es el neoliberalismo en ciencia pero también es mucho más que eso. Y –concluyó– hay que pensar al neoliberalismo como un tipo de aproximación al conocimiento, como un modo de concebir el conocimiento y como un modo de concebir la ciencia”.