FITO PAEZ Y JOAQUIN SABINA PRESENTARON "ENEMIGOS INTIMOS"

Un disco sin guiños para el público

En Buenos Aires, se presentó esta semana el CD que grabaron Páez—Sabina. La apuesta es bastante arriesgada.

Por Patricia Dibert

Catorce años pasaron desde su primer disco y el pibe de Balcarce y Santa Fe caminó un largo sendero. Fito Páez pregunta por la cancha de Central después del "aluvión Luis Miguel", y sobre la situación del Paraná y los inundados. Recién después se refiere al video clip del tema Llueve sobre Mojado y a su disco Enemigos íntimos, contento por lo logrado en largas noches junto a su amigo y colega Joaquín Sabina.

Enemigos íntimos es un puñado de 14 canciones con letras de Sabina y música de Fito, aunque se permitieron cambiar las estructuras y jugar con melodías y letras, reconociendo el fuerte de cada uno, canciones interesantes que se quieren mostrar, peleas estéticas que permiten debatir frases, ideas y acordes. Joaquín Sabina pretende dejar de hacer melodías a su medida y reconoce en Fito un vuelo atrevido y desprejuiciado a la hora de componer. Joaquín encuentra difícil que el español que él maneja suene con alma y sangre en las estructruras de Páez. El resultado igualmente lo deja satisfecho, ya que comprobó que también el español sirve para el pop y el rock and roll.

La apuesta es bastante arriesgada. El disco tiene cinco canciones cantadas sólo por Fito, dos cantadas por Joaquín y siete entre los dos. El español dice que históricamente entre Argentina y España hubo muchos intercambios literarios y pocos musicales. Ahora la dupla se empeña en modificar esa relación.

Los procesos de producción tuvieron distintos escenarios, discuciones sobre el arte de tapa y horarios cambiados para la jonada de trabajo (Sabina amanece a las 7 de la tarde). Ahora que el disco está terminado, pueden salir a cenar y estar en armonía discutiendo sobre las giras aunque hechan de menos las épocas en que se peleaban a gritos. Todavía no se ponen de acuerdo sobre las ciudades en las que presentarán la placa.

—Enemigos íntimos recuerda a La La La, el disco de Spinetta—Páez y lo que significó para vos en ese momento la posibilidad de juntarte con alguien a quien admirabas desde tu niñez. ¿Ahora qué sentís en la unión con Joaquín Sabina?, preguntó Rosario/12.

— Cuando grabé La La La era muy chico, fue en el '86 con 23 años y tenía mucha fascinación con Spinetta y las antenas muy paradas y pendientes de él. Luis me expandió el universo musical, me disparó las armonías y las maneras de construir melodías muy insólitas. Nos divertimos mucho con Spinetta. Ahora llego a este disco con Joaquín más maduro y más armado.

—¿Eso implica también una búsqueda y la posibilidad de encuentro con otra persona, abriéndose para crear juntos?

—Yo creo que Joaquín es uno de los grandes escritores del pop en castellano, con una pluma muy afilada. Como el castellano es el idioma madre, me interesaba sentarme a ver cómo se trabajaba con un material tan noble. Yo escribo en argentino y ahora siento curiosidad por el origen. Joaquín tiene las cosas muy claras, es certero y seguro.

—Permíteme que agregue —arremete serio Sabina— que La La La tenía otro punto de partida que era una sola canción compuesta por los dos. Aquí, independientemente del resultado, nos sentamos a escribir juntos las canciones desde el principio, donde cada uno defendió a muerte lo que creyó mejor, sin egos artísticos.

El disco ya está en la calle. Un salero con una "S" perforada y un pimientero con su "P", es el eje del arte de tapa ideado por Alejandro Ross, que ya anteriormente trabajó con Fito en otras producciones.

La ensalada tiene catorce ingredientes a degustar. Según Sabina, es un disco raro, sin guiños para el gran público. Enemigos íntimos fue hecho para esa poca gente que es capaz de escuchar cuatro o cinco veces un disco y que uno no sabe si todavía existen.

"La Vida moderna", "Lázaro", "Llueve sobre mojado" (tema difusión cuyo video clip fue rodado por Mariano Mucci convirtiendo a Constitución en el Barrio Rojo en una noche de lluvia artificial), "Tengo una muñeca que regala besos", "Y si volvieran los dragones", "Cecilia", "Delirium Tremens", "Yo me bajo en Atocha" (la canción preferida de Sabina sobre su Madrid actual), "Buenos Aires"(creación de Páez), "Más guapa que cualquiera" (con Andrés Calamaro como invitado), "Flores en un entierro" (historia triste con aires de Piazzolla), "Hasta cuando" (Fito observando desde afuera el conflicto del grupo terrorista ETA, con la idea de contar un atentado en San Juan de Luz, con la explosión de la bomba como final y una pregunta que se hace cualquiera y es ¿Hasta cuándo? sin tener un punto de partida moral), "Enemigos íntimos" (canción que cierra el disco invitando a una fiesta pagana y brutal.)

Estas canciones componen el disco y serán presentadas en ocho ciudades de España, después cruzaran a Nueva York para seguir con La Habana, Bogotá, San Pablo, Rosario, Córdoba y Buenos Aires.

"Nos descubrieron... al fin nos descubrieron", canta Páez mientras Sabina ríe. Existen relaciones históricas inevitables entre ámbos países, pero hay un puente interesante que todavía no fue cruzado y ellos se proponen lograrlo.

"Cuando uno escucha una música en inglés —sintetiza Joaquín Sabina— no sabe si es americano o inglés, y ellos acabaron con el mar. Yo creo que en este disco no hay mar. Ambos coincidimos en que nuestra patria es el idioma".

"Para fines de septiembre estoy en Rosario, con Pete Thomas, Ulises Butron, Guillermo Vadalá, Antonio de Diego, Pancho Varonna, Hugo Fatorusso y Claudia Puyo y la voz de terciopelo de Sabina", comenta el rosarino.

Fito está contento. Logró presentar en sociedad su última creación ante muchos periodistas porteños, con un número considerable de rosarinos. Está orgulloso. Hace bromas sobre la ciudad y vuelve a mirar el video clip. Van llegando los compañeros de escenario y noches. El pibe empezó a cruzar el puente.