EL ACTO POR EL DIA DE LA ENSEÑA PATRIA FUE HEGEMONIZADO POR EL MENEMISMO
El aparato de los intendentes del Gran Rosario aportó la amplia mayoría de personas que siguieron el desfile frente al Monumento.
Por Leo Ricciardino
El acto de ayer del Día de la Bandera sumó más pancartas y pasacalles en la avenida Belgrano que el año pasado, pero llevó a menos gente a pesar de haber sido una jornada de Sol espléndido. Una lectura rápida de los carteles colgados por doquier —incluso uno arriba del techo del palco oficial— daba la pauta de en qué se había transformado la fiesta cívica. Los pasacalles más comentados fueron uno que decía "Sineldín coronel de Perón, Libertad" y otro que apoyaba, como la mayoría presente en el lugar, la re—reelección del presidente Carlos Menem firmado por el dirigente entrerriano José Conde Ramos. Esta vez hubo dos señales serias de repudio al marco partidario del acto. "Esto es una locura", dijo a la prensa el concejal Raúl Lamberto (Frepaso) quien junto a otras autoridades de la ciudad no descartan hacer un pedido formal al gobierno nacional para que el próximo 20 de Junio no sea otro acto peronista. Y después, el enojo inocultable del subjefe del II Cuerpo de Ejército, general Miguel Viviani Rossi, que paró en seco su discurso en dos oportunidades y dijo: "No podemos tomar juramento a la bandera si no hay silencio". Menem en su discurso destacó la figura de Manuel Belgrano, pero también aprovechó el día para respaldar decididamente a las Fuerzas Armadas, convulsionadas por la detención del dictador Rafael Videla.
"Una vez el presidente Arturo Frondizi fue de visita a la India, allí se reunió con el jefe de Estado y vio que en su despacho tenía colgados los rostros de los virreyes ingleses que tanto sojuzgaron a su pueblo. Antes de que Frondizi le preguntara algo, el mandatario hindú le dijo: `Ellos también forman parte de nuestra historia'". Con esta anécdota el presidente Menem habló ayer en el Monumento de la "necesaria reconcialiación nacional" y llamó a todos los argentinos "a ser parte de nuestra historia". Antes había respaldado con firmeza a las Fuerzas Armadas y condenado la actitud de diversos organismos de derechos humanos que en los últimos días manifestaron frente a la casa del dictador Leopoldo Galtieri, en el marco de la movilización que produjo la detención de Videla.
No más de 3500 personas se concentraron en ese enorme espacio cívico que forma la avenida Belgrano frente al Monumento a la Bandera. Una vez más, los intendentes de la zona que habían prometido llevar a casi 10 mil personas fallaron en los cálculos. El año pasado hubo 6000 militantes y era un día gris y lluvioso, y fue cuando el vicegobernador Gualberto Venesia dio una conferencia de prensa memorable en la que sumó a gauchos y soldados a la gente para llegar a la cifra de "26.600 personas en el monumento". El ingeniero tendrá este año para sus cuentas un agregado especial: efectivamente los gauchos aumentaron, hubo más de 1000 montados que desfilaron ayer.
Pedro González de Villa Gobernador Gálvez, Armando Traferri de San Lorenzo y Joaquín Do Brito de Capitán Bermúdez fueron los mandatarios comunales del Gran Rosario que mayor cantidad de gente movilizaron. Eso al menos era lo que se desprendía de las pancartas. Pero es evidente que el peronismo en Rosario ha perdido toda su capacidad convocante y que además la gente huye de estos actos en los que casi no hay manera de asistir sin quedar "pegado" a un cartel partidario. Las escuelas tampoco se vieron entre los asistentes. Lo poco que puede ganarse como partido político, se pierde inevitablemente en concurrencia espontánea de la gente, en este caso de Rosario que estuvo ausente.
El general Viviani Rossi, a cargo del desfile de las tropas, interrumpió abruptamente su discurso en dos oportunidades para pedir silencio porque "así no podemos jurar la bandera, señores". El militar prosiguió pero de cuando en cuando miraba fijamente a las batucadas instaladas justo al pie del Monumento, que recién pararon de tocar cuando el secretario general de la Presidencia, Alberto Kohan, envió a dos de sus colaboradores a pedirle a los militantes que dejen de tocar el bombo durante la jura de la enseña patria.
Menem trajo a Rosario a la mayor parte de su gabinete, entre los que se destacaron además de Kohan, el ministro del Interior Carlos Corach, el ministro de Defensa Jorge Domínguez, el jefe del Gabinete Jorge Rodríguez, la ministra de Educación Susana Decibe y el secretario de Planeamieto Estratégico Jorge Castro. También estaba el general Martín Balza como máxima autoridad militar. El gobernador Obeid estuvo acompañado por el vice Gualberto Venesia, el ministro de Obras Públicas Juan José Morín, y la ministra de Educación María Rosa Stanoevich, entre otros. El intendente Hermes Binner también llevó a sus colaboradores más cercanos, como el secretario de Gobierno Antonio Bonfatti, de Hacienda Angel Sciara y de Servicios Públicos Joaquín Blanco. Tras el largo desfile, Menem voló hacia Entre Ríos para participar del acto de iniciación de las obras del puente Rosario—Victoria, que por la mañana temprano había cumplido del lado rosarino, donde también predominó la movilización partidaria.