Por Joaquín Paronzini
Después de la goleada de ayer del seleccionado nacional, los rosarinos abandonaron sus casas, y se concentraron en el lugar de siempre: el Monumento a la Bandera. 24 horas después de que ese mismo espacio se convirtiera en epicentro del Día de la Pancarta, el de ayer sí fue el Día de la Bandera. El monumento se vistió de fiesta y albergó a centenares de personas que se concentraron allí para dar rienda suelta a la alegría. No es que el acto del sábado se prolongó hasta el domingo. Ocurrió que esta vez, sino que otra vez la selección nacional de fútbol ganó en Francia y les dio a los rosarinos una excusa más para festejar e ilusionarlos con un nuevo campeonato mundial.
En todo el país, miles de felices hinchas salieron a las calles de las ciudades para reunirse con otros desconocidos con el mismo objetivo y llenar de banderas celeste y blancas todos los rincones posibles. En Rosario el punto de encuentro fue, como siempre, el Monumento.
Apenas finalizado el partido, desde cualquier punto del municipio, familiares, amigos y gente solitaria, se reunieron para soñar con la copa del mundo. El clima que se vivió fue de jolgorio. Avenida Pellegrini fue un punto de encuentro de los automovilistas que hacían flamear sus banderas, mientras las bocinas sobresaltaban a los desprevenidos. Otros, más atentos, lanzaban papel picado desde los departamentos de los edificios.
Desde la Iglesia Catedral se sentían los bombos y los redoblantes que, a un ritmo casi de batucada al mejor estilo brasilero, acompañaban al coro de la muchedumbre que se reunió alrededor del mástil central en la avenida Belgrano.
Casi todos tenían algún atuendo celeste y blanco, desde banderas usadas como capas, hasta remeras de la selección de todas las épocas y marcas, algunas ya desteñidas a causa del paso del tiempo y otras radiantes, recién compradas. Hasta dos perros pasearon con la camiseta. Tampoco pudieron faltar las divisas de todos los clubes del país �aunque las de ñuls y las de Central sobresalieron entre las de Boca, River. La revelación fue un hincha con la camiseta de Belgrano de Córdoba, que llevaba en andas a un chico con la bandera de la provincia de Santa Fe, como para demostrar que el club de sus amores es algo similar a la selección.
En esta fiesta no hacía falta entrada ni tampoco había que tener una edad determinada; lo único necesario era demostrar la devoción por la selección de Batistuta y Ortega.
Muchos aprovecharon la ocasión para dar unas vueltas por el parque nacional a la bandera y sentarse, mientras tomaban mate, a contemplar el espectáculo de los hinchas, otros prefirieron jugar un picadito de fútbol atrás de uno de los bares frente a la avenida, sin importar que casi todos lucían remeras de la selección. También algunos mostraron sus habilidades haciendo pruebas de cualquier tipo: un grupo que se encontraba en el centro de la multitud realizó, como si fueran miembros de un circo, actos de malabarismo, caminaron sobre zancos y arrojaron fuego por la boca, a sus costados una murga llena de colorido tocó sin parar varias horas seguidas.
El tope de público se registró después de las 16 horas, cuando llegaron aquellos que prefirieron almorzar después de finalizado el encuentro. Venían caminando desde un lugar incierto, otros en autos con los que hacían sonar constantemente las bocinas, colectivos fuera de circulación, camiones jaula, transportes escolares, todos llenos de fervorosos hinchas.
El hit de los cantitos fue compartido por aquel que habla de "la barra quilombera" y por el que anuncia que "volveremos a ser campeones como en el `86".
También fue el día de los vendedores ambulantes que ofrecían a los gritos banderas, gorros y vinchas con los colores nacionales a sólo un pesito.
Como si hubiesen sido preparadas para esta oportunidad, estaban en pie todavía las tribunas tubulares por los actos del sábado pasado. Esta vez allí no estaban ni militantes fletados para la ocasión ni funcionarios menemistas. Esta vez, era la gente la que había copado el lugar para saltar y cantar, y fundamentalmente para reafirmar que ayer domingo fue el verdadero Día de la Bandera.