Angustia, tensión, malestar y, por fin, la carrera elegida

Encontrar una vocación constituye una instancia difícil no solo para los jóvenes que la buscan sino también para el conjunto social. Más cuando "la carrera" está casi exclusivamente asociada al éxito.

Por José Manuel Ramírez

Las psicólogas Diana Rossi y Cristina Lesquiuta dialogaron con Rosario/12 sobre "La orientación vocacional: del mito a la elección", explayándose sobre el enfoque y las temáticas del curso que con ese nombre comenzarán a dictar en la Facultad de Psicología de la UNR, a través de su Escuela de Posgrado, a partir del 18 del corriente. Rossi es profesora e investigadora en la Facultad de Psicología y en el Consejo de Investigaciones de la UNR y psicóloga del Departamento de Pedagogía del Instituto Politécnico. Lesquiuta se desempeña como profesora de la Facultad de Psicología y es la responsable del Servicio de Orientación Vocacional de la UNR.

--¿Cómo surge la idea de este curso sobre una problemática de tanto interés sobre todo para los jóvenes?

�Diana Rossi: La idea de dictar este seminario de posgrado es justamente formar a profesionales de distintas áreas para una práctica que estuvo muchos años restringida a cuestiones estrictamente pragmáticas. La idea es deconstruir la noción de vocación que está tan cristalizada en el campo social y plantear a la elección de los jóvenes como un proceso muy complejo que está determinado por problemáticas socioculturales, económicas y sobre todo singulares.

�Cristina Lesquiuta: La idea de hacer este curso de actualización de posgrado es para dar alguna posibilidad a los graduados de la carrera de Psicología, de Ciencias de la Educación y otras carreras, de tener acceso a una forma de hacer, en la que hemos logrado sistematizar los fundamentos teóricos en los que nos apoyamos para desarrollar nuestra práctica cotidiana, tanto en el ámbito de la universidad como en el de los consultorios, donde esta demanda también llega. Es importante aclarar que en la carrera de Psicología, salvo dos seminarios de pregrado optativos que se dictan dentro de la currícula, en general no cuenta con otro espacio para el abordaje de esta problemática.

--Es interesante lo que ustedes entienden como este tránsito "del mito a la elección".

�DR: Sí, y quisiera agregar que la problemática que tienen los jóvenes actualmente es muy compleja. La selección de una carrera no implica sólo esa toma de decisión sino también la elección de un proyecto de vida que genera mucho malestar, angustia, tensión, y no únicamente para ellos sino también para los padres y para el conjunto social. Es decir, las condiciones actuales que hacen a la globalización económica, a los cambios socioculturales, a la precarización en el mundo del trabajo, a las demandas de nuevos perfiles profesionales y demás, hacen que esto se constituya casi en un síntoma de carácter social. La desorientación de los jóvenes ya toma un carácter de síntoma social porque realmente están confrontados con desafíos y con una complejidad creciente, tanto en los campos profesionales como en la realidad socioeconómica. Para ellos es todo un trabajo poder elegir, porque elegir un determinado campo profesional siempre implica una pérdida. Es en este sentido que se puede ayudar a los jóvenes en particular; como un psicólogo u otro profesional puede trabajar con ese sufrimiento subjetivo en lo que hace a la búsqueda de un sentido para sostener un proyecto propio.

--¿Los jóvenes están verdaderamente preocupados por encontrar una orientación?

�CL: A mi me parece problemático en este punto hablar de "los jóvenes". Es decir, habrá jóvenes desinteresados y apáticos, pero los que nosotros recibimos en nuestros lugares de trabajo están muy preocupados por el tema. Muchas veces vienen primero los padres como una preocupación de ellos, y después vienen los chicos. Otras veces son los docentes. Pero en general recibimos muchos jóvenes, en todo casos inquietos con la pregunta acerca de qué carrera van a seguir, o como decía Diana: inquietos por su futuro. Actualmente vienen con una demanda de carreras cortas con garantía de éxito y en especial que les demande un esfuerzo menor.

�Es decir, les preocupa elegir en función de un resultado posterior, que respecto de lo que los motiva en ese momento.

�CL: Yo suelo decir que están mucho más preocupados por la salida cuando todavía no entraron. Pero me parece que no es una cuestión sólo de los jóvenes en todo caso es algo que circula socialmente; la idea de éxito es algo que funciona para todos, y bueno, las generaciones de los mayores les debemos estar transmitiendo esto a los jóvenes.

�DR: Lo interesante es poner a trabajar estas cuestiones a través de distintos dispositivos y el modo que cada joven pueda singularizar la eficacia de esos discursos exitistas, justamente en una cultura que se caracteriza por la caída de las certezas. En este tipo de práctica hay paradojas importantes: vienen a pedir carreras cortas y con éxito laboral en un mundo de incertidumbres. Por otro lado, quizás esta demanda tenga que ver con una oferta en la cual se le plantea a los jóvenes que esto es posible. La pregunta es si existe La carrera. En todo caso lo que nosotros trabajamos es que cada joven, ya sea mediante un dispositivo grupal o a través de entrevistas pueda trabajar lo más que pueda estas cuestiones como preguntas. Porque lo fundamental es que el sujeto que debe sostener esta decisión de un proyecto es el joven. Ese es el papel del orientador. También hay que deconstruir ese lugar de "el orientador", que no es alguien que sabe lo que debe elegir el joven, sino que es alguien que puede, con su saber, acompañar al adolescente que se acerca, en un trabajo propio hacia una elección autónoma.