En Piñero, la casa del horror de los ancianos

Rodeados de moscas y en condiciones de vida infrahumanas vivían veintiún ancianos en un asilo, sin habilitación, de la entidad REMAR.

El juez de instrucción de la 9ª Nominación Carlos Carbone dispuso ayer facultar al intendente de Piñero para clausurar el "asilo" de la entidad REMAR en el que estaban alojados veintiún ancianos en pésimas condiciones de higiene, sin contar con habilitación comunal o provincial. Dos de los abuelos, cuya salud se evaluó como más comprometida, fueron trasladados hacia el hospital Centenario. El director del Area VIII de Salud provincial Javier Escalante y el director de la Tercera Edad, Hugo Ortolani, dispusieron el traslado de las otras personas hacia un centro provincial. Ayer en el "geriátrico" la observación se veía dificultada por cientos de moscas, dueñas de un ambiente hediondo.

A la altura del kilómetro 9 de la ruta 18, a menos de 20 kilómetros al sur del centro rosarino en jurisdicción de Piñero, un cartel de REMAR conduce hasta la granja de 'rehabilitación de adictos', según explica el encargado. A uno 80 metros detrás de la construcción principal, dos habitaciones con paredes de material y techo de chapas de zinc son las que albergaban a 25 personas, ancianos los más, indigentes, enfermos, abandonados, solos. La muerte de uno de ellos y el aviso dado a la subcomisaría 4ª de Piñeyro para el retiro del cuerpo, una tarea que correspondió al Cuerpo de Bomberos Zapadores de Rosario, puso a varios de los integrantes en contacto con la realidad que encerraban esas paredes, con enfermos con escaras y decenas de moscas posándose sobre el cuerpo de los arrumbados, que, casi instintivamente, se cubrían con frazadas. De ahí en más la denuncia llegó a Radio Dos y al juzgado de instrucción de la 9ª Nominación. El secretario del juzgado Sergio Donato y la fiscal Alba Rosa Olmos llegaron al 'asilo' de REMAR, dispusieron la revisación médica de todos y el traslado de los más graves.

El anciano que murió el domingo era Verónico Sánchez y según dijo quien se identificó como encargado del asilo, Carlos Montivero de 54 años -miembro de la "comunidad cristiana que es Remar"-, la víctima "vivía con nosotros desde hacía una semana, lo habían traído desde Córdoba". Montivero respondía ayer con una mueca de cansancio a las preguntas -mientras las moscas chocaban caras y cuerpos- y contaba que hace 15 días que el asilo funcionaba allí. "No sé si es asilo, lugar de indigentes, o jardín de infantes, por como trabajamos y atendemos a todos. A algunos hay que bañarlos dos o tres por día", aseguró. Insectos y olores eran más que insoportables en una jornada de 32 grados y justamente los olores se hacían más fuertes de a ratos por la proximidad de las instalaciones del Mercado de Hacienda, de una granja avícola y de un criadero de cerdos. Montivero se enojaba y decía que si ellos no "atendieran a los hermanos estarían tirados en la calle" y que muchos eran ex alcohólicos.

Las siluetas de Máximo, 64 años, y de Mateo, 78, cubiertas con frazadas, casi sin poder expresarse, acostados sobre colchones de cuerina y ensayando de vez en cuando algún gesto para escapar del asedio de los insectos, eran la muestra grosera y violenta del abandono.

Mientras el intendente de Piñero, Walter Carenzo, había hecho declaraciones en el sentido de que deconocía la existencia del 'geriátrico', el comisario Montes de la subcomisría 4ª de Pineiro confirmó también que habían tomado conocimiento recién por la muerte de un anciano. Ayer, alrededor de las 14, por orden del juzgado de Instrucción de la 9ª Nominación, el médico Cecilio Bianucci estuvo en la construcción. Habló con quien oficia de encargado, interrogó sobre la atención de la salud de cada uno de los allí alojados y recomendó la derivación de Máximo y de Mateo.

Quienes podían expresarse, incluso los familiares del anciano Liberatore Avalo de 80 años, aseguraron que allí "no se cobra ni se pide nada" y que hasta antes de mudarse a este lugar, hace 15 o 20 días, estaban en Villa Amelia a pocos kilómetros de allí "y el lugar era mejor". La hija de Avalos dice que "es cierto que esto no es lo mejor, pero en un lugar privado que pagábamos para albergar a mi padre, que se saca los pañales y a quien hay que bañar varias veces por día, no lo atendían y se iba deshidratando... aquí está mejor".

José Zataraín, presidente de REMAR en la provincia de Santa Fe, concurrió ayer al juzgado de Carbone, quien analiza la existencia de algún hecho doloso que pueda imputarse como "abandono de persona".