DETIENEN A BARRABRAVAS EN LA PRACTICA DE CENTRAL

Patón, llegaron las visitas

Una facción de la barrabrava canalla apareció en Palos Verdes para "apretar" a jugadores y cuerpo técnico y terminaron entre rejas.

Un grupo de trece barrabravas de Rosario Central fue detenido ayer en los alrededores del campo deportivo Palos Verdes, mientras los jugadores desarrollaban su práctica vespertina. Los hinchas pesados merodeaban el predio, aparentemente con la intención de "apretar" al técnico Edgardo Bauza y al plantel, pero el alerta que dio el propio entrenador al jefe de seguridad del club desembocó en la llegada de cuatro patrulleros del Comando Radioeléctrico que se llevaron a los cabecillas del grupo, los hijos de "El Chapero" Juan Carlos Bustos, un histórico barra canalla. Después, en medio del entrenamiento hubo una falta alarma de agresión, cuando dos chicos de 12 años saltaron un alambrado y comenzaron a caminar por el predio. Bauza pegó un grito, los jugadores salieron corriendo asustados y los efectivos policiales tiraron varios tiros al aire. Pálidos y boca abajo contra el pasto, los chicos explicaron que no tenían nada que ver con los barras y solo querían cazar pajaritos con gomeras.

Ni la cuarta posición en la tabla, ni los buenos resultados de las últimas fechas son suficientes para llevar tranquilidad a Central. Cuando las cosas van bien en lo deportivos, estallan otros conflictos como sucedió ayer en el complejo Palos Verdes, ubicado en avenida Jorge Newbery, entre el autódromo de Rosario y el aeropuerto de Fisherton. Bauza y los primeros jugadores en llegar se sorprendieron por la presencia en el camino de acceso -fuera del predio-, de varias caras conocidas, y no justamente de las amistosas. Se trataba del grupo de "Los chaperitos", encabezados por dos hijos de El Chapero, un histórico barrabrava de Central que, en declaraciones a LT 8, se preocupó por despegarse del episodio. "Hace mucho que no veo a mis hijos", aseguró.

Preocupado por la integridad física de sus dirigidos, Bauza llamó al jefe de seguridad del club, Alcides Garfrascoli, quien llegó acompañado de cuatro colaboradores, y minutos después se hicieron ver cuatro patrulleros del Comando. Rápidamente detuvieron a los barras que -según algunos testigos- estaban acopiando piedras y palos en actitud amenazante. El resto del entrenamiento se desarrolló con un patrullero al borde de la línea de cal.

Cuando el incidente parecía superado, la presencia de dos chicos en uno de los fondos de Palos Verdes alertó al utilero del plantel, que los vio salir corriendo al notar que habían advertido su presencia. Bauza y los jugadores entraron en pánico al escuchar dos disparos al aire de la policía y los chicos -de no más de 13 años- fueron detenidos. Se trataba de dos vecinos del lugar que solo estaban cazando pajaritos con gomeras y querían aprovechar un descuido para robarse una pelota.

Bauza y los jugadores coincidieron en que barrabravas, patrulleros y tiros al aire no crean el mejor clima para entrenarse. "Deberíamos estar preocupados por el partido ante San Lorenzo el sábado próximo, pero los jugadores solo hablan de los problemas que vivimos", indicó el entrenador.

La relación entre el plantel y los barras comenzó a deteriorarse antes del partido con Vélez Sarsfield, quince días atrás, cuando Los Chaperitos le pidieron a algunos jugadores que fueran "para atrás" y perdieran en Liniers, creando así un clima favorable para el alejamiento de Edgardo Bauza. La respuesta se vio en la cancha, donde Central volvió a ganar después del 0-3 ante Colón en Arroyito, abriendo una etapa de buenos resultados que se prolongó ante River y Estudiantes.

Un nuevo capítulo se vivió el sábado pasado, cuando el equipo estaba a punto de emprender viaje desde la Ciudad Deportivo de Granadero Baigorria hacia La Plata. Allí aparecieron otra vez Los Chaperitos, pidiendo dinero para el viaje a la capital bonaerense. Como no tuvieron eco, el mangazo se trasladó a la ropa deportiva -particularmente las camperas- que lucían los jugadores, también sin resultado. Alguien les avisó a otro grupo de la barra, Los Pillines -en referencia a su líder Alejandro `Pillín' Bracamonte-, que desde tiempo atrás están enfrentados a Los Chaperitos. Ante la mirada atónita del plantel, las facciones casi comienzan una pelea en la misma Ciudad Deportiva, incluso algunos sacaron a relucir armas blancas y de fuego. Otro cruce peligroso entre las barras fue en la autopista, durante en regreso de La Plata a Rosario. Los escarceos quedaron solo en eso, pero hubo promesas mutuas de volver a verse para zanjar diferencias, y no precisamente charlando. La puja entre Chaperitos y Pillines tiene su origen aparentemente en que los primeros están identificados con Omar "Negro" Palma -ahora técnico de las inferiores- y los segundos con Bauza, en una pelea donde los ex jugadores hacen las veces de espectadores.