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Yo me pregunto

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DEVUÉLVANNOS A RAMBITO Y RAMBON

Esta semana se estrenó en Buenos Aires la anunciadísima Pearl Harbor. Lo cierto es que el estreno venía precedido no sólo por su exagerada campaña publicitaria sino también por las críticas de su país de origen, con tantos palos a su extenuante duración, a los detalles inverosímiles y a su ridícula historia de amor, que ya está obligando a los revisionistas locales a reposicionar las vernáculas La colimba no es la guerra y Rambito y Rambón: primera misión en la historia del cine bélico. Pero como si no fuera suficiente castigo haberla sometido al ojo riguroso de la crítica como a cualquier otro estreno, Pearl Harbor ha sido objeto de innumerables artículos en diversas publicaciones que ponen el dedo sobre detalles de la reconstrucción histórica, diálogos, situaciones improbables y demás pifies. Y, sin duda, una de las escenas más comentadas es aquella en la que en el Hospital de Pearl Harbor se usa lápiz labial para marcar a los pacientes y latas de Coca–Cola como recipiente de las donaciones sanguíneas. ¿Estarán sugiriendo que una de las secuelas de la Segunda Guerra consistió en los casos de diabetes producidos por transfusiones con restos de gaseosas? ¿Será simple y desvergonzada publicidad? ¿O no serán las verdaderas secuelas de guerra algunas películas que tuvimos que sufrir desde 1945 los ex combatientes, sus hijos, sus nietos y todos los que no tuvimos nada que ver con la guerra?

Alto, Palermo

Los Cinemark de Palermo acaban de incorporar a su extensa lista de servicios una nueva cartelera con extractos de las “Críticas de los principales diarios”. El problema se presenta, por supuesto, debido a la presencia de la palabra “extractos”. En el caso de Pearl Harbor, la cita es la siguiente: “Pearl Harbor (...) pareciera que cumple su misión (...) con algo más de cuarenta minutos de acción bien contados”. Ahora bien, lo que la cartelera está obviando es que el texto original, escrito por un crítico de Clarín, habla de estos cuarenta minutos bien contados para referirse a aquello que debería haber sido esta película que dura, remarca, tres horas. Otro de los estrenos de la semana es Nuestros años dorados, del que se lee: “James Ivory (...), en algunos casos, consiguió romper con ciertas características académicas de su obra y trascender el ornamento para ir hacia las emociones profundas de los personajes (...)”. Claro que quien se remita al texto completo (también de Clarín), comprobará que si hay algo que el crítico deja claro es que éste no es uno de esos “casos” en la carrera de Ivory. Se ve que para Cinemark no hay películas malas, sólo espectadores confundidos.

Tirá a papá de los pelos

La Apollo Hair Clinic decidió durante toda la semana pasada lanzar una campaña por el Día del Padre invitando a todos los hijos de buen corazón a obsequiarle al hombre que les dio la vida un programa de recambio capilar. Claro que, por ser su día, a los padres beneficiados con tamaño presente se les hará un descuento del 20 por ciento contra entrega de “sus reemplazos capilares en el estado en que se encuentren”. Es decir: entregando sus pelos usados. No es la primera vez que una empresa de servicios da muestras de ingenio radical a la hora de elucubrar su oferta del día, pero hasta ahora no había ocurrido que a uno le tomen el pelo como parte de pago.

Objeto de la semana

Curioso avisito el que apareció durante la semana pasada en Clarín. El cuerpo de elite de investigación de Radar ha trajinado puntos de encuentro de las conspicuas gargantas profundas de este país, ha hojeado vastas guías telefónicas, ha ofrecido jugosas recompensas que superan con creces las ofrecidas por el ex gobernador Duhalde, ha contactado funcionarios de las más altas esferas, y sin embargo volvió con las manos vacías:absolutamente nadie tiene ni las más remota idea de qué cazzo es “Firmenich” ni cuáles son las cosas que hace “irresistibles”. Por lo que, tras largas deliberaciones, el cuerpo de investigación ha decidido reorientar sus esfuerzos a fin de proveer a los lectores de otro servicio un poco más inteligente.

 

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