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INGLATERRA
William
Shakespeare en Stratford-upon-Avon y en Londres
Como gustéis

Una visita
a Stratford-upon-Avon, el pueblo donde nació y murió el genial dramaturgo
inglés, o ver las actuales puestas de sus obras más famosas en El Globo,
el reconstruido teatro de Londres donde se representaron por primera
vez hace 500 años. O lo uno y lo otro y mucho más.
Por
Julian Varsavsky
Stratford
es, por supuesto, un lugar muy sagrado
Henry James (1877)
Stratford comenzó
a ser sagrada casi al día siguiente de la muerte de Shakespeare.
Inmediatamente su tumba se convirtió en un lugar de veneración
y la fama de sus obras se extendió por todo el planeta. Desde
la época en que unos pocos miles presenciaban su arte en el teatro
El Globo hasta la inestimable cantidad de millones que han visto en
celuloide sus historias, han pasado cuatro siglos, pero ningún
otro escritor ha permanecido tan vigente y con su popularidad siempre
en aumento. Existen registros de que en 1800 visitaron su casa natal
en Stratford unas 700 personas. En 1850 fueron 2500 y a fines del siglo
XIX la cifra llegó a 30.000 personas. En la actualidad, medio
millón de peregrinos pasan por año bajo el
marco de aquella pequeña puerta.
Luego de dos horas de tren desde Londres, se ingresa al pueblo caminando
a través del histórico puente Clopton que cruza el río
Avon. De inmediato aparece la estatua de hierro de Shakespeare sobre
un gran pedestal; sus ojos miran hacia abajo, donde están las
esculturas de sus personajes más famosos: Hamlet, Lady Macbeth,
Falstaff y el Príncipe Hall.

Stratford tiene
un asombroso aspecto medieval, con sus antiguas casas construidas, en
parte, de madera, con frente blanco y trazos negros. Los ingleses llaman
half-timbered (mitad madera) a este estilo de casas. Claro que Stratford
no es ciento por ciento half-timbered... al recorrer sus angostas callejuelas
se descubre una variedad de estilos que refleja los cambios arquitectónicos
a lo largo del tiempo. El siglo XVIII agregó grandes edificios
con ladrillos al desnudo y estuco, mientras que la sede local de la
Royal Shakespeare Company es un ejemplo de la arquitectura de principios
del siglo XX. Hay algunos callejones medievales, y varias cúpulas
góticas y torres reloj. No hay edificios altos, y muy pocos son
verdaderamente modernos.
El lugar más interesante del pueblo es la casa natal de Shakespeare,
ubicada en una calle peatonal de aspecto medieval. Se ingresa por una
construcción moderna donde hay una exposición sobre el
poeta desde su nacimiento, en 1564, y la época en que vivió:
documentos históricos, cuadros, y sonido ambiente del pueblo,
cuya actividad se centraba alrededor de un mercado (se recrea mediante
grabaciones el bullicio callejero, el ladrido de los perros, y la música).
Para entrar en la casa original, de estilo half-timbered, se cruza el
jardín donde correteaba el pequeño Will. El interior,
con paredes de madera y mobiliario antiguo, reproduce el aspecto original
de la casa: candelabros, camas con cortinado, un cofre, unas monedas,
y la cocina con sus panes caseros. Antiguos dibujos de la casa colocados
en las paredes permiten comprobar que su aspecto prácticamente
no ha variado desde el siglo XVI.

En Stratford
se visitan seis casas que pertenecieron a Shakespeare y a su familia,
cada una con su toque particular. Lo ideal es comprar el boleto de un
autobús turístico que recorre todo el pueblo constantemente,
por lo cual el pasajero puede subirse y bajarse cuantas veces quiera.
Una casa que no puede quedar afuera del periplo es la de Mary Arden,
la madre de Shakespeare. Es una pintoresca casa de principios del siglo
XVI ubicada en las afueras, entre graneros y corrales que mantienen
el mismo ambiente campesino que la rodeaba en aquella época.
Otra es el lugar donde el escritor vivió sus últimos años,
conocida con el nombre de New Place. En realidad se trata de una reconstrucción.
En 1756 el dueño de la casa original, harto de que la gente le
golpeara la puerta para entrar a ver el árbol de mora que Shakespeare
había sembrado, decidió cortarlo a hachazos. Dos años
más tarde hizo demoler la casa, y no se sabe a ciencia cierta
si la actual conserva el aspecto original.
Aunque Shakespeare pasó los años más prolíficos
y exitosos de su existencia en Londres, durante las últimas dos
décadas de su vida se fuereinstalando de a poco en su pueblo
natal. En 1597 adquirió la casa de New Place, pero recién
en 1610 se estableció definitivamente en su pueblo.
El escritor murió el día de San Jorge de 1616. Fue sepultado
en la iglesia de la Sagrada Trinidad, a los pies de un busto con su
imagen, en una tumba que no tiene paz desde el mismo día en que
fue excavada. Allí, unas letras cinceladas en la piedra rezan:
April 23, Will. Shakespeare gent.
Datos
útiles
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Cómo
llegar: British Airways vuela a Londres todos los días
a las 13.05, salvo los miércoles. Durante el mes de abril
el pasaje cuesta $ 777, en el marco de una oferta especial. Reservas
al 4320-6600. Para visitar la ciudad de Stratford-upon-Avon hay
que tomar un tren que parte de la estación de subte Paddington
de Londres. El trayecto se hace en dos horas (se recomienda el
tren de las 9.18 horas). Generalmente la excursión se realiza
en el día, aunque algunos eligen pasar la noche en el pueblo.
British Airways Holidays (la agencia de viajes de la compañía
aérea), ofrece un tour a Stratford que incluye una visita
a la ciudad de Oxford, por $ 80. Reserva en Buenos Aires: Córdoba
657, Piso 5, Tel.: 4314-2364. Reservas en Londres: tel. 7401-9919.
Dónde alojarse: Considerando los precios en la capital
británica, una opción económica en pleno
centro de Londres es el hotel Regent Palace, a metros de Piccadilly
Circus. Una habitación doble por cuatro noches con desayuno
cuesta $ 414. Reservas en Buenos Aires: 4314-7255/2429 e-mail:
[email protected]. Otra posibilidad es alojarse en un
albergue juvenil, cuyos precios rondan los 25 dólares por
día. Las habitaciones son para muchas personas y con baño
compartido. Un Bed and Breakfast (habitación privada sencilla
con baño compartido que incluye desayuno) ronda los $ 80
la habitación doble.
Informes: Oficina de Turismo Británico en Buenos
Aires: Córdoba 645 . Piso 2. Horario: lunes a jueves de
10 a 17 horas. Viernes de 10 a 13 horas. Teléfono: 4314-8955
/ 6735 e-mail: [email protected] Sitio web: wwwvisitbritain.com.ar
Hay excelente folletería y se entrega gratuitamente una
revista sobre alojamiento económico en Londres llamada
Where to Stay on Budget.
Entradas de teatro: Las entradas para ver a la Royal Shakespeare
Company (y casi toda la cartelera londinense, incluidos los recitales
de rock) se pueden comprar en Buenos Aires en Showtime (se cobra
una comisión de $ 12 por cada entrada): Córdoba
807 9 B. Tel: 4314-5514 e-mail: [email protected]
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Siempre
en cartel
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La Royal
Shakespeare Company se especializa desde hace más de 40
años en la obra del célebre dramaturgo, y cuenta
en sus filas con varias de las nuevas estrellas del teatro británico
como William Houston, quien se luce en Enrique IV (partes I y
II). Tiene tres sedes fijas: El Globo, el teatro de Stratford-upon-Avon,
y el Barbican Centre, un gigantesco centro cultural londinense.
Además utiliza otros teatros de Londres. Para esta temporada,
entre mayo y setiembre, la programación de la Royal Shakespeare
Company en El Globo incluye Rey Lear, Macbeth, y Cymbeline; enel
teatro Young Vic, Ricardo III y Enrique VI; y en la sede de Stratfordupon-Avon,
Hamlet y Julio César. Los precios varían desde 8
a 50 dólares. Reservas al teléfono 01789403403.
Sitio Web de la Royal Shakespeare Company: www.rsc.org.uk
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El
nuevo teatro El Globo
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¿Influye
la arquitectura del teatro en la obra? En torno de esta pregunta
gira uno de los grandes debates del teatro; hay quienes creen
que no bien se apagan las luces y la audiencia queda a oscuras,
sólo resta ver lo que ocurre en el escenario. Sam Wanamaker,
un actor norteamericano admirador de Shakespeare, no pensaba lo
mismo, y en 1970 comenzó a juntar fondos y donaciones para
reconstruir el teatro donde el célebre escritor actuó
y presentó sus obras. La reconstrucción, a 150 metros
de donde estaba El Globo original, se hizo en el barrio londinense
del Southwark, y culminó recién en 1997. Está
basada en los planos de otro teatro isabelino de la época,
considerado similar a El Globo.
Los teatros del siglo XVI funcionaban a cielo abierto y tenían
una estructura circular de tres pisos que casi rodeaba el escenario.
Las presentaciones eran a la luz del día, y debido a la
proximidad física entre actor y espectador quienes
podían verse las caras, la audiencia jugaba un rol
muy activo, lo cual era una presión especial para el actor,
quien percibía todas sus reacciones.
La reconstrucción fue lo más rigurosa posible. Se
utilizaron ladrillos hechos a mano, y un techo recubierto con
paja cubre las gradas de madera de roble, que dan cabida a 1600
espectadores. En el subsuelo hay una completa exposición
de vestidos y armaduras de personajes shakespeareanos, y desde
allí parte una visita guiada por todo el teatro. Durante
el recorrido los visitantes se sientan en las gradas, mientras
el guía comenta que en 1613 la chispa de un cañón
utilizado para simular explosiones en el acto I de Enrique VIII,
saltó al techo de paja produciendo un incendio que redujo
el teatro a cenizas. Un segundo Globo fue construido al año
siguiente en el mismo lugar de la ribera del Támesis, donde
proliferaban tabernas y lupanares. En 1642 el Parlamento puritano
cerró todos los teatros y El Globo cayó en desuso.
Hacia 1644 fue demolido.
Desde hace cinco temporadas, la Royal Shakespeare Company, una
de las más respetadas del mundo, realiza sus presentaciones
teatrales en el escenario de El Globo. Allí se intenta
reproducir a la perfección el ambiente en que se presentaban
originalmente las obras, a tal punto que las funciones son a la
luz del día y la música es en vivo con instrumentos
de época. El teatro El Globo queda a pocas cuadras de la
estación de subte Southwark, junto a la Modern Tate Gallery.
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