El Fondo Monetario Internacional se apropia del relato del gobierno argentino sobre el final de la crisis. “Vemos señales de que la recesión está cediendo”, expresó el jueves el vocero del organismo, Gerry Rice. El funcionario del FMI incluso ofreció su propia versión del “segundo semestre” al sostener que “se espera una recuperación gradual en los próximos trimestres”. A contramano de los augurios vertidos por el principal acreedor del país, las principales variables económicas como el consumo, la inversión, el empleo y los salarios siguen en caída libre. 

A pesar de la innegable sintonía política, el compromiso del Fondo con el gobierno de Mauricio Macri expone la relevancia del crédito por 57 mil millones de dólares otorgado al país en las cuentas del organismo multilateral. Argentina es el principal acreedor del FMI. De esa forma, la profundización de la crisis pone en riesgo la sustentabilidad del organismo y las ambiciones políticas de sus directivos. 

Las proyecciones del FMI indican que con una caída del 1,2 por ciento, Argentina registrará en 2019 la octava recesión más profunda del mundo. La contracción estimada por el Fondo sólo será superada por las caídas en Venezuela, Irán, Zimbabwe, Nicaragua, Guinea Ecuatorial, Turquía y Sudán. Los pronósticos convierten al país en el segundo de peor desempeño en el G-20 detrás de los registros turcos.

Las declaraciones de Rice siguen el camino remarcado la semana pasada por la directora gerente del Fondo, Christine Lagarde, cuando adoptó como propia la muletilla cambiemita sobre la “pesada herencia” (“very hard legacy inherited”). Al participar la semana pasada de un evento en Washington, la abogada francesa reconoció que el organismo subestimó la magnitud de la crisis argentina. “Es una situación económica increíblemente complicada que creo que muchos jugadores, incluidos nosotros mismos, subestimamos un poco cuando empezamos a tratar de armar con las autoridades un programa para abordar lo que había sido crítico con la economía, que era la posición fiscal, la posición de cuenta corriente”, expresó Lagarde. 

Durante la habitual conferencia de prensa que realiza el FMI, Rice consideró que inflación “ha sido un desafío persistente, pero esperamos que siga declinando como resultado de las firmes políticas del Gobierno”. Los técnicos del organismo todavía se encuentran realizando la cuarta revisión del programa con Argentina. El cumplimiento de las metas y la adecuación de los parámetros serán presentados al Directorio Ejecutivo del Fondo para que habilite el próximo desembolso estimado en 5500 millones de dólares. La evaluación del caso argentino todavía no tiene fecha.

Rice agregó que “hay desafíos importantes por delante, el programa está dando resultados”. El funcionario evitó pronunciarse por las cuestiones políticas domésticas del país al aclarar que en el FMI “nuestro foco está en la economía y en el programa con la Argentina”.