Las estrellas del debate demócrata de precandidatos a la presidencia fueron mujeres. En la primera edición del formato fue Elizabeth Warren, la senadora por Massachussetts, la que se llevó todos los aplausos y el jueves ese lugar le tocó a Kamala Harris. La ola progresista que quiere superar los legados del ex presidente Barack Obama pisó fuerte en los estudios de NBC News en Miami.   

En la segunda noche de la contienda una audiencia de más de quince millones de personas miró expectante el cruce entre el vicepresidente de Obama, Joseph Biden, y Harris, senadora por california y una de las voces más poderosas del partido azul. El socialista Bernie Sanders, por su parte, quedó a un costado de la escena por la vehemencia con la Harris cuestionó los puntos débiles de Biden. Entre otras cosas, Harris lo puso en jaque cuando lo criticó por la política de deportaciones de su Administración y relató cómo ella, desde su puesto como fiscal, trató de contrarrestarla.

El momento más caliente fue cuando la senadora puso sobre la mesa el debate racial. Harris, única negra en el debate, pinchó a Biden por sus recientes declaraciones donde recordó su “buena relación” con legisladores segregacionistas. “No creo que usted sea un racista”, dijo, “pero eso fue hiriente”, remató. Porque además, dijo Harris, Biden colaboró con los segregacionistas para oponerse a los programas de busing, unos planes de transporte y distribución de niños en distintas escuelas que trataba de corregir la segregación en los años setenta. “Había una niña en California, de segunda clase, a la que llevaban en esos programas, esa niña era yo”, lanzó la senadora. Y pocos minutos después en su cuenta de Twitter publicó una foto de niña, en alusión al relato. Biden, que se defendió argumentando que su supuesto apoyo a los segregacionistas fue un malentendido, aguantó los golpes como pudo. 

A la búsqueda de alguien que pueda afrontar un cara a cara con Trump en el debate general, muchos vieron en Harris dos posibles ventajas que la favorecen en una primaria donde los votantes negros y las mujeres son centrales: ella es la candidata negra mejor posicionada para pelear por la presidencia. 

Otro de los ataques que sufrió Biden fue el del joven congresista Eric Swalwell, que lo señaló por su edad. Durante su exposición, Swalwell aseguró que hace 32 años el propio Biden pidió “dar el relevo a una nueva generación de demócratas”. El ex vicepresidente intentó eludir esa discusión pero Sanders, de 77 años, lo defendió al decir al congresista de 38 años que esto no es un “tema generacional”, sino de quien tiene la fuerza para ir contra Wall Street y las grandes corporaciones.

El alcalde de la ciudad de South Bend (Indiana), Pete Buttigieg, y una de las revelaciones de esta campaña, también insistió en la idea del relevo. En su intervención final pidió al electorado que lleven a Washington a una nueva generación antes de que sea demasiado tarde.

Los aspirantes también discutieron sobre las políticas de Trump, en particular sobre la amenaza del cambio climático, la portación de armas y el sistema de salud. “Donald Trump nos puso en una situación horrible. Tenemos una enorme desigualdad de ingresos”, dijo Biden, prometiendo eliminar las reducciones de impuestos que Trump entregó a los más ricos. En una de sus intervenciones, Sanders se sumó al ex vice y calificó al presidente de “mentiroso patológico y racista”. “La salud pública es un derecho humano y no algo de lo que hay que sacar provecho”, apuntó el socialista que perdió en 2016 frente a Hillary Clinton. Si bien quedó un poco en segundo plano, Sanders tuvo tiempo para pedir una “revolución política” que permita cambiar un país en el que las tres personas más adineradas (Bill Gates, Jeff Bezos y Warren Buffett) poseen más riqueza que la mitad más pobre del país.

A grandes rasgos, lo que divide a  las dos alas demócratas es su enfoque sobre el sistema sanitario y la perspectiva sobre la educación. En salud están por un lado los que como Sanders o Warren defienden un sistema público único y universal, y los que, como Pete Buttigieg o Biden, creen que hay que garantizar el acceso para todos sin renunciar al modelo de seguros privados. Y en materia universitaria del lado de Sanders están lo que piden por una educación gratuita para todos frente a los que la contemplan sólo para  familias sin recursos.

A menos de 500 días para las elecciones presidenciales aún no hay nada definido. Las últimas encuestas dan a Biden como líder de los demócratas y como potencial vencedor de Trump. Sin embargo la ola progresista que en las elecciones de medio término llevó a mujeres, negras y minorías al Congreso podría marcar otra tendencia. Por lo pronto Warren y Harris fueron las dos  estrellas del debate.