El italiano Benedetto Croce señaló que “toda la historia es historia contemporánea”. Pero, ¿cómo se relaciona esta presunción con los procesos de enseñanza y aprendizaje de la historia? La enseñanza de la historia entonces también debe ser contemporánea. Enseñamos historia en contextos cambiantes, al mismo tiempo que la misma historia se va transformando. Por lo tanto, la tenemos que seguir aprendiendo en forma constante mientras la vamos enseñando. Mejor que detenernos en la historia es focalizarnos, pues, en pensar y actuar históricamente.

En este tipo de reflexiones es inevitable preguntarnos sobre lxs estudiantes. Especulamos sobre su presente y su pasado, su acercamiento a la historia, sus inquietudes y sus intereses. ¿Quiénes son, qué trayectorias tienen, qué anhelan? Buscamos dialogar con ellxs al respecto, queremos conocerlxs. Con los elementos que tenemos a disposición, pretendemos adivinar aspectos de sus subjetividades y posicionamientos. Hablan diferente, escriben de otra manera, tienen hábitos de lectura distintos, se criaron con acceso a muchísima información al instante a través de internet, son otra generación. Nos atraviesa un debate interno sobre estos cambios estimulado por visiones pesimistas y optimistas.

Podríamos agregar que es necesario, a su vez, considerar que todas las universidades públicas en las que enseñamos historia son universidades contemporáneas. Tenemos que estar atentxs a la coyuntura. De nuevo hemos sufrido en un sentido amplio los embates de las políticas neoliberales. Las consecuencias son acumulativas. Las luchas y las convicciones en sentido contrario también, por suerte. Es menester hacer historia. Lxs estudiantes de hoy son otrxs, con nuevos objetivos y con algunos que no lo son tanto, que son históricos. Pero hay algo que nos emparenta. Afortunadamente existe una conciencia extendida sobre el marco imprescindible. Lxs estudiantes siguen apostando por la historia y continúan defendiendo la universidad pública, gratuita y de excelencia. Estamos en la misma, a pesar de los cambios y las continuidades. Queremos hacer historia, la mejor que nos sea posible. La universidad pública argentina sigue siendo el lugar predilecto para tal fin. La historia nos da una lección y una orientación: hay que defenderla y potenciarla.

Gustavo Nicolás Contreras: Docente de la Facultad de Humanidades de la UNMdP e investigador adjunto del CONICET.