“Me pone contento porque reuniones como la de hoy van sellando una unidad que tanto buscamos”, dijo el candidato presidencial del Frente de Todos, Alberto Fernández, al salir del encuentro con el interbloque del peronismo federal en el Senado y agregó: “Hemos dado un gran paso porque aunque somos bloques diferentes, todos mantienen su identidad, cosa que yo quiero que se preserve, no tengo ganas de uniformar a nadie, estoy muy contento que podamos abrir este diálogo con miras al futuro”. El cordobés Carlos Caserio, que asumió la presidencia del interbloque, dijo que “la voluntad” de la bancada es “trabajar para la Argentina y que el Senado funcione”.

Caserio también se explayó sobre la decisión del PJ de su provincia de ir a la elección con boleta corta y su decisión de acompañar la fórmula de les Fernández: “Me da la impresión de que el grueso del peronismo cordobés, por no decir todos, tomaron la misma decisión porque hay una cosa que hoy nos une y es que el límite es Mauricio Macri. Y esperamos tener un presidente peronista porque creemos que estamos en condiciones de hacer lo que este país necesita”, sentenció.

Ante los periodistas, Fernández habló de algunos de los ejes que marcaron el encuentro: “Hablamos de los problemas que nos preocupan, cosas que nos atañen en el tiempo que queda, del futuro, del compromiso de la campaña”. Al tiempo que manifestó estar muy “contento de que Carlos Caserio –quien lo acompañó en la apiñada rueda de prensa en la puerta del bloque– que es un amigo de toda la vida, haya que- dado al frente de este bloque, y agradeciéndole a Carlos todo el esfuerzo por el compromiso que ha asumido públicamente  con nosotros y poniéndome a disposición para seguir trabajando”.

“La reciprocidad es plena, somos todos compañeros de toda una vida de militantes y nos conocemos hace muchos años, con mucha tranquilidad. Recibí con mucha alegría el apoyo y el afecto de estos senadores”, dijo Fernández sobre sus interlocutores en el Senado y sostuvo que la conversación giró en los mismos términos de los que mantuvo al mediodía con los gobernadores que le bridaron su apoyo en un almuerzo en sus oficinas de San Telmo: “Hablamos sobre el diagnóstico que tenemos de la Argentina y las necesidades que tenemos de corregir cosas en todo sentido. Las provincias padecen la crisis económica y social como en ningún otro lado del país”.

Al candidato también le preguntaron sobre posibles medidas si ganara la elección. “Es muy difícil pronosticar cuáles son las herramientas sobre competitividad porque no sabemos qué país nos va a dejar Macri. Nos va a dejar una enorme crisis de deuda, que ya existe pero que no se manifiesta porque el FMI ha venido pagando no para levantar deuda sino para pagar evasión de divisas. Creo que vamos a seguir con un proceso recesivo que se manifestó en el primer trimestre con una caída del producto bruto del orden del 5,8 por ciento. Argentina tiene que aceptar el desafío de la renegociación (de la deuda) no cabe dudas”.