“Estamos en el peor de los escenarios, con caída de consumo, suba de tarifas y combustibles que encarecen los costos de producción y logísticos, así como una tasa de interés que implica negociar los cheques al 70 por ciento en un banco o más del 100 por ciento en una financiera, y muchas empresas que están sufriendo embargos de parte de la AFIP. Todo esto no es una casualidad sino la consecuencia de políticas que tomó este gobierno, con Chile como modelo, donde no se tiene en cuenta a la industria. En cuanto a las medidas a tomar, hay dos etapas. Una de contingencia que incluya una administración inteligente del comercio exterior, el congelamiento de tarifas y combustibles, una tasa de interés que no supere el 25 por ciento y, fundamentalmente, una dinamización del consumo para reactivar el mercado interno. La segunda, debe discutir un nuevo esquema de derechos y reintegros para incentivar las exportaciones industriales, pensar políticas por cadenas de valor, y diagramar políticas agropecuarias con los pequeños productores para generar valor agregado.

Es necesario recordar que cuando Perón vuelve a ser Presidente en 1973 nombra a Gelbard, el representante de las pymes nacionales, como ministro de Economía, por lo que es la política la que decide darle un rol central a los empresarios nacionales, y no el empresariado pyme el que toma ese lugar como sujeto político constituido. Luego llegaron los industricidios de la dictadura y los noventa, y las pymes solo trataron de sobrevivir hasta el Gobierno de Néstor Kirchner, donde vuelven a ocupar un espacio importante y empezamos a organizarnos nuevamente. Hoy creo que la representación pyme está muy atomizada, pero trabajamos para lograr un marco de unidad, y durante estos años quienes día a día conducimos empresas y negociamos paritarias con el sindicato, que es con quien vamos a tener que construir la Argentina productiva que queremos, hemos dado pasos en ese sentido”