“El sector se encuentra en emergencia, con tasas del 70 por ciento que hacen inviable el financiamiento, ahogo impositivo, dependencia de importaciones que se encarecen, constante aumento de los insumos y tarifas dolarizados, todos costos que no pueden ser descargados en un mercado interno en caída permanente. Y vemos una total falta de perspectivas de recuperación bajo el actual modelo, ya que la “salida exportadora” que propone el Gobierno, solo puede beneficiar a menos de 9000 empresas. Resulta necesario para la sustentabilidad y el crecimiento de las Pymes que el Estado juegue un rol activo en favor del trabajo y la producción nacional, pero el gobierno actual es el ejecutor del modelo de los sectores concentrados de la economía y las finanzas. Por ello, dada la dimensión de los intereses a enfrentar se necesitará un gobierno con amplio consenso y apoyo popular. Entre las medidas que debiera adoptar se encuentran fortalecer el mercado interno con la recomposición del valor adquisitivo de salarios y jubilaciones; el control de las cadenas de valor; evitar abusos de posiciones dominantes de mercado y una financiación adecuada del consumo interno. En el plano impositivo, una moratoria amplia y generosa y una reforma impositiva que, sin desfinanciar al Estado, haga el sistema más progresivo, junto a una administración firme del comercio exterior.

En relación a la representación gremial, a lo largo de estos últimos años de destrucción masiva de empleo y de unidades productivas hemos visto el surgimiento y la consolidación de entidades y dirigentes que estamos dispuestos a recrear un gran movimiento empresario coherente con nuestras aspiraciones de un país productivo en un marco social mucho más democrático y solidario. A los planes neoliberales le corresponde la dispersión y cooptación de instituciones y dirigentes empresarios, así como el aislamiento en cámaras sectoriales con visiones limitadas, que a lo sumo se limitaron a reclamar temas muy puntuales, siendo sus dirigentes oficialistas de turno”