Quintana Roo, México, declaró la emergencia por las ingentes cantidades de sargazo que llegó a sus costas. Un estudio publicado en Science reveló que hay un gigantesco cinturón de estas algas que atraviesa todo el Atlántico y conecta a México con el oeste de Africa. Por sí solo no es perjudicial, pero en exceso puede dañar a los corales y a más especies cuando se descompone en playas, liberando residuos tóxicos como ácido sulfúrico (responsable del olor fétido) y provocar alergias respiratorias y dérmicas. Una de las causas de la proliferación de estas algas es la deforestación de la Amazonia y su conversión en terrenos agrícolas, lo que aumenta el vertido de fertilizantes al océano.