La causa que investiga el robo de camionetas en Santa Fe para luego cruzarlas a Bolivia por medio de una organización criminal conformada por al menos seis personas, sumó ayer dos nuevos detenidos. Se trata de Sergio Ariel "Pira" Moyano, de 45 años, y Gustavo Moyano, de 26, los cuales son el hermano e hijo del primer imputado que tuvo la investigación, Jorge Adrián. Este último fue detenido el pasado 30 de mayo en la zona de la terminal de ómnibus de la ciudad de San Salvador de Jujuy a bordo de una camioneta, Toyota Hilux, que había sido robada en la ciudad capital el 22 de mayo pasado.

Las nuevas detenciones se dieron a partir de una resolución dictada por el juez de la Investigación Penal Preperatoria, Gustavo Urdiales, que hizo lugar al pedido de la fiscal del caso, María Laura Martí, que solicitó la medida cautelar en una audiencia que tuvo lugar en el subsuelo de tribunales. En ese mismo lugar, es donde el viernes pasado, los dos cordobeses fueron detenidos en la sala luego de culminar una audiencia de control de la detención de su familiar.

A más de un mes de que la fiscal Martí ordenara la detención de Moyano en Jujuy, la investigación logró detectar que detrás del engranaje criminal de los cordobeses estaban un tal Pablo H., alias "Chancha", sindicado como el cabecilla de la banda, José María B., alias "Ladilla", Alejandro K., apodado "Tanque", un tal "Koreano", otro apodado "Calabaza" y otras tres personas.

Todos se encuentran sospechados, en base a una serie de peritajes telefónicos de los celulares hasta ahora secuestrados, de haber participado de la inteligencia de los robos, la logística de los traslados y el cruce a Bolivia de las camionetas Hilux, que desde diciembre del 2018 venían siendo sustraídas no solo en Santa Fe, sino también en Rosario y Esperanza.

Eran abiertas por medio de un "inhibidor de alarmas" a los fines de que la víctima no se percatara de la sustracción. Una vez robada la camioneta, el vehículo era depositado en un galpón o cochera hasta luego ser llevado al limite internacional. A las camionetas se les modificaban las patentes y se le colocaban otras de vehículos similares. Además, se le suministraban tarjetas azules adulteradas a los conductores y dinero en efectivo para lograr "coimear" posibles controles camineros.