¿La política de endeudamiento de este gobierno está dentro de las concesiones a las que usted se refiere o debería pensarse en otros términos?

–Es la única forma que tiene de financiar este modelo. En un contexto donde el mercado interno está deprimido y donde se busca achicar el déficit fiscal, la única manera de generar recursos para financiar inversiones es a través de la deuda externa. Y el Gobierno anterior le dejó el camino allanado porque, si bien restaba resolver el tema de los buitres –complejo desde lo jurídico pero de impacto limitado en las finanzas públicas, lamentablemente resuelto a las apuradas y prácticamente sin negociar–, dejó una relación deuda externa–Producto en torno al 13 por ciento, con lo que este Gobierno tiene un margen muy grande para endeudarse, y esa fue su apuesta. Ahora queda una política más complicada por el efecto Trump, es decir que el nivel de flujos disponibles para la región se ha reducido; aun así creo que tiene margen para tomar créditos aunque a un costo financiero mucho más alto del que preveían.

Aun con el margen que menciona, ¿en cuánto podría incrementarse el costo financiero de tomar deuda externa y la relación deuda-Producto?

–La relación deuda-Producto ha crecido aproximadamente unos 3 puntos porcentuales en 2016, la proyección es que a finales del Gobierno de Macri podría llegar a duplicarse la relación deuda externa-Producto. En este contexto, un alto componente será para gasto corriente y no veo que haya grandes proyectos que muevan la aguja en el país en términos de inversión. El Gobierno está descuidando fuertemente gran parte de lo que es la producción nacional