El “Morenazo”, a un año de la explosión de la escuela 49 que se cobró las vidas de la vicedirectora Sandra Calamano y del auxiliar Rubén Rodríguez, volvió a colmar las calles del distrito. Este viernes, miles de personas marcharon hacia el Consejo Escolar de Moreno para exigir escuelas dignas y seguras, para pedir justicia por los trabajadores y para recordar que lo ocurrido ese 2 de agosto de 2018, en la primaria 49, fue producto "del abandono y la desidia del gobierno de María Eugenia Vidal”.

A las 8.06, horario exacto de la explosión que terminó con la vida de Sandra y de Rubén, en la puerta de la 49 sonó una sirena. La multitud que copaba la cuadra desde hacía al menos media hora --entre la que se distinguían alumnos, docentes, familias y referentes gremiales-- se unió en un abrazo y dejó correr las primeras lágrimas de la mañana. Las palabras sobraban.

"¡Sandra y Rubén presentes! ¡Ahora! ¡Y siempre!". Sólo ese clamor rompió el silencio denso que mantuvo la multitud durante los casi tres minutos que duró la sirena. Finalizado el homenaje, los sacerdotes Paco y Juan Pablo, que se habían acercado para ofrecer una misa, guiaron una breve oración en memoria de Sandra y Rubén y enviaron “fuerzas hacia las familias que deben seguir peleando contra esta inmensa injusticia”.

La multitud, encabezada por la comunidad de la 49 y por familiares de Sandra y de Rubén, comenzó a marchar pasadas las 8.30 hacia Las Catonas, donde una columna nutrida esperaba para continuar rumbo a Plaza Fuentealba.

Escuchar la sirena fue como vivir el día de la tragedia. Fue tremendo. Estamos muy tristes, la verdad, pero seguimos de pie porque nuestros hijos son el futuro y merecen que esto no pase en ninguna otra escuela”, dijo Nancy Sosa, mamá de una alumna de la 49. Marcela Gau, docente de la institución, también vivió con dolor el comienzo de la jornada: “Cuando sonó la sirena reviví todo. No tengo fuerzas ni para cantar. Pero están ellos, que cantan y saltan por nosotros”, dijo Gau, con una sonrisa, mientras miraba a sus alumnos de la 49.

Durante las más de 6 horas que duró la jornada, fueron ellos los que cantaron y saltaron sin respiro. Sus voces, cuando descansaban el bombo y la trompeta, seguían al ritmo de las típicas canciones que creó el "Morenazo". Acompañados por los docentes de la 49, sostenían dos banderas de sus extremos: una de “Patios Abiertos”, la actividad que realizaban en la escuela los días sábados, y otra de la “Orquesta San Carlos Dos”, en la cual participaba la hija de Sandra.

“Sandra y Rubén eran rebuenos. Nos hacían la leche todos los días”, recordaron Martina, Nicole, Zaira y Giuliana que, al igual que los grandes, aclararon que vinieron para pedir “justicia por Sandra y por Rubén”. “Sandra era como una segunda mamá para nosotros. Todos los días nos hablaba para que nos portemos bien y nos ayudaba en todo. Venía en bici y si no había comida se ponía a ver cómo conseguía pan o alguna otra cosa para darnos”, recordaron sobre Calamano. “Rubén era muy divertido. Nos abría la puerta todos los días con una sonrisa. A él también lo extrañamos mucho”, agregaron.

A las 10.40, una hora más tarde que lo programado, la marcha llegó entre aplausos a la Plaza Fuentealba, donde esperaba otra columna para unirse rumbo al Consejo Escolar. En ese momento, la movilización que ya ocupaba más de 4 cuadras se hizo difícil de dimensionar. “No nos esperábamos semejante cantidad de gente, superó nuestras las expectativas. No sé cuántos somos, pero me dijeron más de 20.000. Creo que esto es reflejo de la unidad que estamos viviendo en Moreno”, dijo Hernán Pustilnik, docente de la 49.

“Esta movilización sirve para visibilizar lo que pasa en el distrito: a un año de la explosión, seguimos con 50 escuelas que no pueden dar clases con normalidad. También sirve para recordar, con nombre y apellido, quiénes son los responsables del asesinato laboral de Sandra y de Rubén: María Eugenia Vidal, Gabriel Sanchez Zinny, Sebastián Nasif y Aníbal Asseff”. 

En el mismo sentido, la secretaria de Suteba Moreno, Mariana Cattaneo, aseguró: “No vamos a parar hasta que juzguen tanto a los responsables materiales como a los responsables políticos. Y hasta que cada escuela de nuestro país sea digna y segura. Ese es nuestro compromiso con Sandra y con Rubén. Todos los días, cuando hay una obra nueva en Moreno, recordamos lo que les pasó. Si no hubieran muerto, este gobierno seguiría sin poner un peso. Sabían que había problemas y tenían el dinero para solucionarlo. Pero decidieron no invertir”.

Mientras la columna recorría, con paso constante, los últimos kilómetros del recorrido, varias familias se acercaron al Consejo Escolar para esperar su llegada. “Yo vine con mi mamá y con mi papá. Ellos no son docentes, pero siempre venimos a las marchas porque queremos que arreglen nuestras escuelas. Y porque estamos tristes por lo que le pasó a Sandra y a Rubén”, dijo Florencia, de 10 años, que había decorado la Avenida Victorica con los nombres de Rubén y de Sandra usando tizas de colores.

Unos minutos antes de las 12, luego de más de tres horas y media de caminata, la columna llegó a destino. Las caras de los familiares de Sandra y Rubén, en primera fila, combinaban el dolor por las ausencias y la emoción de lo logrado tras un año de lucha.

El himno nacional, interpretado por la Orquesta Raíces, de Moreno, dio inicio al acto con el que finalizó la marcha. Después de las últimas estrofas, se leyó la carta que organizaciones sociales, sindicatos, y familiares habían preparado para este viernes. “Esto no fue un accidente, ni una tragedia. Fue un asesinato laboral que pudo ser evitado. Fue el resultado del ajuste, que tanto el gobierno Nacional como el Provincial descargan con saña sobre la clase trabajadora. Fue el resultado del abandono y la desidia del gobierno de María Eugenia Vidal”, decía el escrito.

Sandra y Rubén se han convertido, para el “Morenazo”, en una bandera de lucha. “Ellos han entrado en nuestra conciencia colectiva y nos marcan el camino. Por ellos seguiremos luchando, en defensa de una escuela pública digna y segura”, concluyó la carta.

Informe: Azul Tejada