La construcción marcó un desplome del 11,8 por ciento en junio respecto del mismo período del año pasado. La caída acumulada durante el primer semestre de 2019 asciende al 9,4 por ciento. Suman así diez meses seguidos con bajas en una actividad que experimenta las consecuencias de la recesión económica, las tensiones financieras y el programa de austeridad fiscal. El retroceso mensual de 4,2 por ciento registrado en junio abortó la incipiente mejora estadística observada en mayo. Los permisos de edificación mostraron un fuerte parate mensual al caer 13,7 por ciento aunque en la comparación frente al mismo mes del año pasado se mantienen un 21,7 por ciento arriba. 

El estancamiento sectorial impacta sobre los niveles de empleo registrado. Las cifras oficiales muestran que en mayo existían 441.942 puestos de trabajo en la actividad, un 2,1 por ciento menos que el mismo mes del año anterior. La mitad de las empresas dedicadas a la obra pública anticipa que reducirá personal entre julio y septiembre.

La caída en la construcción fue acompañada por una importante contracción en la demanda de insumos. La baja más significativa se observó entre los artículos sanitarios de cerámica que cedieron en junio 25,3 por ciento frente al mismo mes de 2018 mientras que la contracción en el consumo de pintura fue del 23,4 por ciento. Otros productos como placas de yeso y el hormigón elaborado mostraron caídas del 19,7 y 18,2 por ciento, respectivamente. En el caso del hierro redondo y aceros la merma fue del 17,7 por ciento. También mostraron bajas pisos y revestimientos cerámicos (15,7 por ciento), cales (12), mosaicos graníticos y calcáreos (11,2) y cemento portland (11,4).

A la retracción en las obras privadas –edificios de vivienda y construcciones fabriles- que acompaña a la incertidumbre financiera y el desplome en la demanda se suma el recorte en la inversión pública que acompaña al programa de austeridad acordado con el FMI. Aunque el presidente Mauricio Macri promocionó a lo largo de la primera etapa de la campaña presidencial la finalización de miles de kilómetros de rutas , la demanda de asfalto, insumo directamente asociado a esas obras, registró una caída del 16,9 por ciento anual. El deterioro se profundiza cuando se analizan las cifras para el primer semestre donde el consumo aparente de asfalto acumuló un retroceso del 22,7 por ciento, el tercero más importante entre todos los insumos para la construcción.

Las encuestas realizadas por el Indec entre empresarios de la construcción revela el pesimismo que exhiben para los próximos meses. El 38,1 por ciento de las firmas que se dedican a obras privadas esperan que la actividad siga en baja en los próximos meses mientras que un 40,5 por ciento no ve cambios. Los que estimaron una baja del nivel de actividad durante los próximos tres meses la atribuyeron fundamentalmente a la caída de la actividad económica (29,6 por ciento), a la inestabilidad de los precios (16,5) y a los atrasos en la cadena de pagos (12,9), entre otras causas.

Los niveles de confianza con el programa económico oficial son todavía peores entre los constructores abocados a la obra pública: el 45,9 opina que el nivel de la actividad disminuirá durante el tercer trimestre y un 44,4 por ciento considera que no habrá cambios.