La Universidad de Buenos Aires se encamina hacia su bicentenario. Fiel a los postulados reformistas de 1918, es un espacio integrado por miles de docentes, e investigadores/as, graduados/as, alumnos/as y no docentes. Provienen de diferentes áreas académicas y científicas, y con distintas ideologías políticas, aunque los une un mismo objetivo: la defensa irrestricta de los principios de una universidad pública, autónoma, gratuita y cogobernada.

Considero que la educación en general y la educación superior en particular representa un derecho de todo el pueblo argentino, un bien público y social y un deber indelegable del Estado. En ese marco la Universidad pública debe ser una institución donde la calidad académica sea su eje rector, en donde la investigación y la generación del conocimiento configuren el nodo central de su desarrollo.

La Universidad debe estar íntimamente relacionada con el contexto social que le da sustento, ya que a través de la transferencia del conocimiento que se genera en los claustros, nos vinculamos con organizaciones sociales que tienen un fuerte impacto en las necesidades de la población.

Si bien la Universidad debe formar graduados con conocimientos científicos, técnicos, profesionales y académicos, también deben ser críticos, comprometidos con el desarrollo social, político, económico y cultural del país, dentro de su marco ideológico, de la pluralidad de ideas, que es un signo distintivo de la UBA. En el mismo sentido, debemos orientar la formación hacia el respeto por los valores democráticos, sus instituciones y los derechos humanos.

Nuestra Universidad está cumpliendo 198 años, y en un mundo cada vez más globalizado y competitivo, tenemos el sueño de seguir valorizándola, para que en sus aulas continúen formándose los y las profesionales, científicos/as y líderes que una sociedad desarrollada e inclusiva demandan.

Alberto E. Barbieri: Rector de la Universidad de Buenos Aires.