Al menos 160 mil personas colmaron las calles del centro de Barcelona para reclamar al gobierno de España que cumpla con su compromiso de abrir las puertas a inmigrantes de países en conflicto. La movilización fue organizada por la plataforma Nuestra casa es vuestra casa y apoyada por la alcaldía catalana, que hace un año presentó un plan para recibir a refugiados de Siria, Irak, Afganistán y Eritrea, y que aún no pudo poner en marcha.
La recepción de refugiados es uno de los compromisos firmados por el gobierno del conservador Mariano Rajoy con la Unión Europea, ante la creciente llegada de inmigrantes durante los últimos tres años. El pacto con el bloque continental fue recibir a 16 mil candidatos de asilo admitidos ya en otros países desde 2015, pero hasta ahora solo mil pisaron territorio español.
"Reclamamos un mínimo de dignidad", dijo el ceramista Jacint Comelles, de 62 años, que se manifestó en Barcelona con su familia y amigos. "Que al menos ese número de refugiados pueda venir", continuó.
"No más muertos, ¡abramos las fronteras!", decían algunas pancartas. “No más excusas”, exigían otras entre la multitud convocada sobre la Via Laietana, la avenida que atraviesa la ciudad hasta el puerto. La manifestación terminó a orillas del mar Mediterráneo, donde más de 5 mil inmigrantes murieron en 2016.
Durante el acto de cierre hablaron las autoridades catalanas y Meera Zaroor, una refugiada siria. "Somos víctimas de la guerra", dijo ante la multitud y agregó: "Queremos que el dictador (Bashar Al Assad) y la organización Estado Islámico, que son dos caras de la misma moneda, se vayan y podamos volver al país". Fue ovacionada.
Durante la semana, la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, había pedido a la ciudad "llenar las calles" en esta marcha llamada "queremos acoger". El miércoles pasado, la presidenta de la diputación provincial de Barcelona, Mercè Conesa, pidió a la Comisión Europea que "comience a sancionar de manera severa" a los países que no cumplen con los compromisos adquiridos de acogida.