Han transcurrido poco más de tres años y medio desde que el Gobierno de Cambiemos asumió la conducción del país. El 2019 es un año signado por las elecciones, y el debate electoral de cara a octubre domina la agenda pública. El Gobierno intenta centrar sus ejes de campaña en torno a la seguridad y la lucha contra la corrupción y evita el abordaje de los temas económicos, sobre los que no puede mostrar indicadores positivos.

Recientemente se publicó en Celag un informe acerca de la evolución de las principales variables macroeconómicas desde el 2015 a diciembre del 2018. En el mismo se muestra cómo la economía, en los últimos tres años, sufrió un retroceso en sus principales indicadores, como PIB, inflación, cuenta corriente, deuda externa y desempleo, entre otros.

Todo modelo económico tiene perdedores y ganadores. En este informe nos enfocaremos en uno de los grupos perdedores del modelo económico de Cambiemos: las y los trabajadores asalariados. Se analizará cómo fue la evolución del salario en comparación con la evolución del índice de precios del consumidor (IPC) en el periodo que va desde 2016 para poder ver cómo afectaron las políticas económicas de Mauricio Macri al bolsillo de las y los trabajadores. El análisis de estos datos se hará utilizando los informes que brinda el Indec y dos mediciones más: la del Instituto de Trabajo y Economía de la Fundación Germán Abdala y la del IPC Congreso, elaborada por la Cámara de Diputados.

Salarios vs. inflación

Habitualmente se definen tres categorías de inflación de acuerdo al ritmo de avance de los precios: moderada, galopante e hiperinflación. Los años de Gobierno de Cambiemos han sido de una inflación galopante, con un pico en 2018 que cerró con una inflación del 47,6 por ciento interanual. La suba generalizada de precios fue principalmente impulsada por dos variables: el tipo de cambio y el aumento de tarifas

En 2018, los meses donde se observa un salto en la evolución del IPC se corresponden con las crisis cambiarias que se produjeron con las corridas y la consecuente suba del dólar. Dichas crisis dejan al descubierto la fragilidad del modelo económico actual en lo que respecta al sector externo. Por otra parte, las tarifas de los servicios públicos hicieron lo suyo en la suba de precios. La electricidad subió 1490 por ciento y el gas un 1297. Dada esta situación, 2018 cerró con la inflación más alta en los últimos treinta años.

Ese año fue el peor en términos inflacionarios del Gobierno de Cambiemos, pero no fue el único con inflación alta. Según datos del Indec, la inflación del primer año del mandato de Macri fue de 33,7 por ciento y la de 2017 fue de 24,8. Principalmente impulsada por la devaluación tras la llamada salida del "cepo”, la inflación del 2016 fue la segunda más alta de la gestión actual.

En síntesis, la inflación acumulada en estos más de tres años de Gobierno suma más del 100 por ciento. Ahora es el turno de ver cuál ha sido la evolución de los salarios.

Para realizar esta comparación tomaremos los datos que brinda el Indec sobre la evolución promedio de los salarios registrados del sector público y del privado.

La suba promedio de los salarios en 2016 fue de 32,9 por ciento, el 2017 registró una suba del 27,5 por ciento y el 2018, de 28,7 por ciento. Es decir que, según el Indec, en 2016 los salarios perdieron por poco menos de un punto porcentual contra la inflación; 2017 registra una recuperación del salario de casi 3 puntos porcentuales, donde los salarios están por encima de la inflación; y el 2018 registra una pérdida de casi veinte puntos porcentuales del salario contra la inflación. El 2018 fue el peor año del trienio macrista para las y los trabajadores en términos de pérdida de poder adquisitivo.

En doce meses, tomando el último dato (mayo 2019), el alza nominal de los salarios de trabajadores formales e informales, de los sectores privado y público, fue de 38,4 por ciento , mientras que la inflación lo hizo en 57,3 por ciento.

Retomando los datos que surgen de los informes de la evolución del salario, en tres años de Gobierno de Cambiemos se constata una suba del salario promedio de los trabajadores registrados públicos y privados del 89 por ciento. Comparado con la evolución del IPC, los salarios de las y los trabajadores registrados públicos y privados han perdido contra la inflación un 17 por ciento en términos reales. En definitiva, las y los trabajadores han sido uno de los grandes perdedores de este modelo económico .

Poder adquisitivo

Se puede contrastar los resultados obtenidos con los indicadores del Indec utilizando dos mediciones adicionales de la inflación: la del ITE (Instituto de Trabajo y Economía de la Fundación Germán Abdala) y la medición de la evolución de IPC que realiza la Cámara de Diputados.

Según el ITE, la inflación de 2016 fue de 39,7 por ciento, 2017 tuvo un aumento de precios de 25 por ciento y en 2018 el crecimiento de precios anual fue de 45,5 por ciento. Es decir que, según esta medición, la inflación acumulada es de un 110,2 por ciento en esos tres años del Gobierno de Cambiemos. Si se toma la medición del ITE, los salarios han perdido un 21,2 por ciento en términos reales.

La medición de la evolución del IPC realizada por la Cámara de diputados arroja números similares. El IPC Congreso indica que en 2016 la inflación fue del 40,3 por ciento, en 2017 de 24,6 por ciento y 2018 arroja una inflación de 47,6 por ciento, lo cual hace una inflación acumulada de 112,5 por ciento. Según el IPC Congreso, los salarios reales perdieron en 23,5 por ciento% en estos últimos tres años.

Las tres mediciones arrojan cifras similares, y todas coinciden en lo mismo: estos años  han sido un duro golpe para el salario real de los trabajadores.

Desempleo

Este retroceso en los indicadores de salario real apenas representa el piso del verdadero deterioro que afecta a los ingresos de los trabajadores. En efecto, estamos utilizando el indicador de salarios registrados, que subestima el valor del salario real de por dos motivos. Primero, porque no incorpora el efecto de los trabajadores informales, y segundo porque resulta “inflado” por el crecimiento de los desempleados. 

El desempleo afecta con más intensidad a los trabajadores de menores ingresos, los menos protegidos por el sistema sindical: los “outsiders”, en la jerga de los estudios económicos que analizan el mercado de trabajo. Como los trabajadores de menores ingresos, jóvenes y mujeres en su gran mayoría, son los primeros en salir de la canasta que compone el indicador de salarios registrados, este indicador aumenta artificialmente por la sencilla razón de que ya no incorpora estos trabajadores, no porque se haya producido un aumento del salario nominal.

Usemos un ejemplo para aclarar la idea. Si el indicador estuviera compuesto por el salario nominal de los trabajadores de un banco, incluyendo al del gerente, y la empresa despide a todos los trabajadores menos al gerente, pues el indicador del salario registrado aumentaría porque el único salario registrado sería el del gerente. Así, el indicador de ingresos utilizados sobreestima el verdadero ingreso nominal de los trabajadores argentinos.

Por otro lado, al emplear el IPC estamos utilizando una canasta que no es la más representativa del consumo de las familias trabajadoras. En la canasta de consumo de éstas familias tienen un mayor peso los elementos básicos del consumo diario, como alimentos no perecederos, frutas y verduras, carne, elementos de higiene personal y artículos de limpieza imprescindibles en cualquier hogar. El Centro de Economía Política Argentina elabora un indicador de precios de bienes básicos y registra para el período de los tres primeros años del Gobierno de Macri un incremento aproximado de 150 por ciento. Con esta inflación (la de alimentos y bienes básicos), el deterioro del salario de los trabajadores registrados pasa a ser la descomunal cifra del 40 por ciento en este período.

Empleo informal

El Gobierno de Macri ha golpeado duramente el poder adquisitivo de las y los trabajadores. Mención aparte merecen los trabajadores de la economía informal, no registrados y en negro, quienes seguramente han visto decaer aún más su poder adquisitivo. En efecto, la inflación suele afectar más intensamente a los bienes de consumo que constituyen la canasta de los estratos de menores ingresos. Como señala Sergio Rosanovich, en un artículo realizado para la revista "Propuestas para el Desarrollo", los procesos inflacionarios siempre afectan de manera desigual a los distintos sectores sociales

En el caso argentino, en estos últimos tres años, el proceso de aceleración se debió a, fundamentalmente, las variaciones en el tipo de cambio y el aumento tarifario, lo cual se traduce en una suba generalizada de los precios de los alimentos, ya que son bienes exportables y están ligados a las variaciones que haya en el tipo de cambio. Por lo tanto, el principal perjudicado será el sector que perciba un salario fijo.

Si bien 2018 fue el peor para el bolsillo de los asalariados y asalariadas, todavía resta todo el 2019, año además en el que se celebrarán las elecciones presidenciales. Habrá que esperar hasta fin de año para poder evaluar de cuánto fue la pérdida del salario de las y los trabajadores al final del Gobierno de Cambiemos. Lo que es seguro, es que éstos fueron uno de los grandes perdedores de este modelo económico.

* Investigador del Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica (Celag).