¿Cómo nace Puntos Suspensivos?

Gaita: Estudiaba en Puán y como estudiante descubrí que aunque te rompas estudiando si después no tenés un doctorado no sirve de nada todo lo que escribiste en la carrera, entonces me pareció piola reunir todos esos trabajos y juntarlos y poder editarlos. Mientras trabajaba esa idea que nunca se dió, empecé primero reeditando una novela y así fue creciendo seleccionando qué títulos quería que estuvieran vinculados al sello. Me di cuenta de todas las voces que faltaban: trans, travas, tortas, feminismos y cuando empecé a transicionar se me ocurrió una antología trava- trans- no binaries. Porque no es que las personas trans no escriben, escriben bocha y sobre todo escriben poesía. Se escribe más poesía que ficción.

¿Y cuando se une el Negro?

Negro: conocía a Gaita de nuestras vidas anteriores, antes de transicionar. Nos encontramos en un espacio de militancia lésbico. Siempre hubo buena onda y las discusiones eran muy piolas. él siempre tenía una mirada sobre el cisexismo que me interpelaba un montón. Quedamos buena onda y cuando el año pasado sacó la convocatoria de la antología trava trans no binarie me invitó a ilustrar. Ya había empezado a ilustrar y estaba dejando de trabajar en la fábrica donde trabajé doce años, terminando mi vínculo de cuatro años, terminando un posgrado y Gaita me dijo: ¿querés dibujar? y Fue guau! fue el momento. Necesito esto.

Gaita: A mí me pasaba que la editorial era muy yo, y nunca la pensé como algo de lo que adueñarme. Estos libros por ejemplo, que serán cuatro en total, de esta serie, se trabajaban cada vez que nos juntábamos y era como una asamblea.

¿Es otra lógica de edición?

Gaita: Es una militancia, es por un lado voces que no están editadas o publicadas, pero están y por otro lado lo que está dentro de los libros en forma de poesía son nuestras experiencias.

Negro: Para mi es increíble pensar por ejemplo que a Lohana Berkins hoy la editaría cualquiera, pero cuando sacó Cumbia, copeteo y lágrimas ahí se jugaron las Madres que venían de una historia de militancia alrededor de los derechos humanos, que habían bancado la Ley de Identidad de género. Hoy es fácil con el diario del lunes saber cual va ser un texto que rompa con las lógicas de los canones, con las lógicas de los nombres, con la portación de títulos. Nosotros apostamos a romper esa lógica, no escriben solo los que hicieron la carrera de letras, porque no todas las personas trans llegan a la facultad, entonces no van a existir nunca dentro de una editorial. Es la intención de poder construir colectivamente. Su vamos a sacar una colección los autores tienen que estar en diálogo. Es más, armamos un documento Gaita y yo y los autores participaron.

Hay otras formas de vinculación ¿ desde la decisión del precio del libro hasta una forma de entender qué es la poesía?

Negro: Para mí si para la persona que lo escribió dice que escribió poesía, es poesía, no se discute. Si vos me decís que te llamas Chancleta, te llamás así. Si puedo entender eso para la vida y lo milito, ¿por qué no puedo entenderlo para lo estético?

Gaita: Hay que ver cuál es el canon. Si Vicente Luy es el canon por ejemplo, es una marca estética. Hay muchos que piensan que nos son poetas y por ahí les desarmas dos estructuras de lo que escribe, se lo ponés en verso y aparece el poema.

Hay un estado de manifiesto constante en los dos libros.

Gaita: Laburamos el libro estéticamente con ellos y a todo le encontramos una unidad tratando de conservar la estética del autor. Hay una modernización de la poesía, para mi hay una apropiación en la poesía hay una libertad total, podés prescindir de los signos de puntuación, podés hacer lo que quieras. Por ejemplo el título del libro de Alejandro fue charlado de manera amplia en una suerte de asamblea entre todos.

En la introducción que hacen los editores en los libros señalan que esta colección es una forma de habitar una masculinidad deseada...

Negro: Para los dos es importante aclarar que nuestras posturas no son universales, son nuestras experiencias porque también hay algo de leer a una persona trans y pensar que así es el mundo trans y eso no existe. En mi caso mi masculinidad deseada es una construcción de 39 años, tuvo que ver primero con el lesbianismo que me acercó al feminismo y el feminismo me permitió pensar que podía desearlo todo. Siempre habité ciertas masculinidades, lo que me permitieron las discusiones con el feminismo fue desearla. Incluso ese sujeto que es muy abyecto para el feminismo que es la masculinidad.

¿Creen que es importante el lugar de la enunciación desde el yo para la práctica política?

Gaita: Manejamos un nivel de invisibilización muy grande. Nuestros autores, algunos se enuncian como varones trans, maricas, putos, trolos o bisexuales y los siguen invitando a lecturas de lesbianas. Ese grado de invisibilización está presente. A mi mismo me ha pasado que me invitan a leer a ciclos tortas.

Negro: Todo el tiempo hablamos de las disidencias pero cuando un compañero transiciona y está en vínculo con una feminidad le cuesta un montón decir que es hetero. Parece que tenés que renunciar a todos tus lugares de referencia porque ahora sos un chabón trans con una feminidad. También invisibiliza las prácticas de las masculinidades trans. El problema son las normatividades. No es la heterosexualidad sino sus normativas. No tengo ganas de aplicar a las reglas.

¿Qué lectores desean para esta colección?

Gaita: La antología fue muy pensada para personas cis. Pero fue con la intención de liberar a las personas de tener que ser algo para estar o no estar en tal lugar, es decir, mostrar lo que escribían sin reglas. Mostrar que acá había algo y además aportar con un libro que no existía que no había. Esta colección está más curada, más pensada para un público trans. La colección que estamos lanzando la pensamos como difusión de voces de transmasculinidades porque no hay, basicamente, y mucho menos poesía. Que lo lea todo el mundo!!

Negro: me está pasando de encontrarme con amigues que publican y me cuentan lo mal que la pasan con sus editores y pienso en el trabajo que hacemos, el lugar de diálogo que establecemos. Si me preguntás que tipo lector deseo, deseo a un autor que se sienta bien con esto que arrojó al mundo, haber hecho ese trabajo de encontrarse entre lo que deseaba y lo que hizo.