“Gracias a los más de dos millones que nos acompañaron y los tres millones que no se fueron a la grieta”, dijo a sus seguidores Roberto Lavagna en base a datos propios, luego de que el presidente Mauricio Macri reconociera --a su modo— la derrota nacional. El candidato presidencial de Consenso Federal dio cuenta que se ubicaron como tercera fuerza política a nivel nacional, lejos del Frente de Todos y Juntos por el Cambio, pero se mostró optimista: “De acá en más vamos a seguir creciendo”, dijo en un tono moderado pero que intentó ser arenga de entusiasmo para sus partidarios. Su compañero de fórmula, el salteño Juan Manuel Urtubey, le puso porcentaje a la cifra, cuando agradeció “ese diez por ciento de argentinas y argentinos que se sumaron a Consenso Federal” y que no sucumbieron ante la grieta. Llegar a dos dígitos era la meta que se habían propuesto en la alianza electoral para encarar con mayor optimismo para encarar la campaña electoral para las generales de octubre. A la una de la madrugada, con el 88 por ciento de los votos escrutados, las cifras de Consenso Federal no alcanzaban esos mágicos dos dígitos: era el 8,34 por ciento, con algo menos de 1,9 millones de votantes.

Los gritos de aliento de los simpatizantes más convencidos no cambiaron el ánimo moderado que reinaba en el bunker lavagnista. A Graciela Camaño, cabeza de lista de diputados en territorio bonaerense, se le notaba el mal humor que despertaban en Consenso Federal los números extraoficiales con un triunfo arrasador del Frente de Todos. Marco Lavagna, que encabeza la lista a diputados nacionales por la Ciudad esbozaba alguna sonrisa, pero el candidato a jefe de Gobierno, Matías Tombolini, no estaba en el escenario ni en el bunker. Sí, Eduardo “Balli” Bucca, el postulante a gobernador bonaerense y otros candidatos. El único que se mostró más entusiasmado con el futuro fue el candidato a vice, Juan Manuel Urtubey.

“Quiero señalar también un preocupación”, dijo Lavagna tras unos segundos en silencio para hilar su discurso. “Una preocupación de la última media hora, la última hora –continuó--, de vuelta no hay centro de cómputos. A las 9 de la noche no hay datos. Tampoco a qué hora y en qué momento van a estar. De lo que nos podíamos enorgullecer, del punto de vista del país, hasta ahora corre peligro porque inevitablemente surgen las dudas. Trataremos que se clarifique lo mejor posible”. Una frase sobre la que Lavagna dudó en decirla pero que la pronunció por “la ética de absoluta transparencia y claridad que tenemos, no era bueno no decirlo".

“Quiero agradecer a ese más del 10 por ciento de argentinos y argentinas que se sumaron a Consenso Federal, que saben que la Argentina tiene futuro y no nos vamos a quedar en este escándalo cotidiano de la grieta que no hace más que ponernos a los argentinos en una situación de cada vez mayor vulnerabilidad”, sumó Urtubey y afirmó: “Con este fabuloso equipo vamos a trabajar para ofrecer lo mejor de nosotros a esa argentina que todavía nos debemos". No hubo más discursos ni mucho menos festejos.

Tras el cierre del comicio

A pesar de las primeras críticas moderadas, tras la finalización de la votación, a la empresa Smartmatic, encargada del escrutinio provisorio, en jefe de campaña del lavagnismo Alejandro "Topo" Rodríguez fue de los primeros en salir a cuestionar al Gobierno, al que tildó de "irresponsables", por la falta de datos oficiales y la caía del sistema de la empresa venezolana en todo el país.

Casi dos horas después de cerrada la votación, los candidatos bonaerenses del lavagnismo salieron a dar algunos detalles de sus expectativas. “Estamos competitivos rumbo a octubre”, dijo Camaño sin aportar datos propios. Una frase que, quienes siguieron las campañas del Frente Renovador, la diputada acostumbraba a repetir. A su lado, “Balli” Bucca, se limitó a agradecer a los ciudadanos bonaerenses y a sus fiscales. Las respuestas a las preguntas quedaron exclusivamente a cargo de Camaño.

En el bunker del NH City, a metros de Plaza de Mayo, las expectativas iban desde el optimismo de quienes consideraban que se podía superar los dos dígitos en la votación nacional y quienes consideraban esa hipótesis había que verificarla con los datos finales. Buscaban hacer un mix de sus mesas testigo --pocas en comparación con las dos principales fuerzas en disputa--, las ajenas y los datos que le llegaban desde alguna provincia para tratar de ubicarse “dónde estaban parados”.

Otras de las dudas que se planteó el lavagnismo con cierta moderación fue cuando le preguntaron su opinión sobre la actuación de Smartmatic, la compañía de origen venezolano pero con sede en el Reino Unido que contrató el Gobierno nacional para realizar el escrutinio provisorio. Camaño intentó nuevamente diferenciarse de oficialistas y kirchneristas sobre la cuestionada la Smartmatic, y se identificó como “los que no están en la brecha”. Sin nombrarla y solo llamándola “la empresa”, Camaño sostuvo que denunciarán “dos irregularidades” que detectaron sus fiscales informáticos.

La primera fue que sus fiscales informáticos detectaron que en los dos centros generales de la carga de datos del Correo Argentino (en Monte Grande y Barracas) “antes de quitarle la faja de seguridad al software” para habilitar la carga, “verificaron que ya había 20 mesas cargadas”, por lo que sus fiscales no firmaron el acta para el inicio de la carga de los votos.

La otra fue en el interior del país. Según Camaño, “la empresa” no estaba cargando los datos sobre los votos para los candidatos a diputados nacionales por la provincia de Corrientes. Y que sus empleados sólo tomaban los datos del oficialismo local alineados con Juntos por el Cambio.

También hubo denuncias de otro tenor y la diputada les apuntó a las autoridades del Correo Argentino. Primero porque recibieron muchas denuncias en territorio bonaerense de que las urnas que llevó el Correo a los lugares de votación no tenían las boletas de Consenso Federal “para el inicio del comicio”. Un tema, apuntó Camaño, “difícil de subsanar rápidamente si no se tiene una estructura de fiscales como otras fuerzas políticas”.

La diputada explicó que Consenso Federal había llevado, como corresponde las boletas al Correo. “Hay que respetar lo que los argentinos decidan, no si un funcionario del Correo descarte las boletes de un candidato”, sentenció Camaño. La irregularidad había sido detectada en varios municipios bonaerenses, pero en especial en Bahía Blanca donde la Justicia Electoral no convalidó el candidato local de la alianza electoral.

La otra fue lo que Camaño definió como “la animadversión de los fiscales de Cambiemos” para con Consenso Federal. La diputada dijo que en las escuelas “le robaban o daban vuelta las boletas” en los cuartos oscuros. Todo quedó a la espera de los datos oficiales para confirmar si Consenso Federal alcanzó los "mágicos" dos dígitos, que aspiran a conseguir para encarar las generales de octubre.