Luego de una mañana que arrancó con anuncios y un pedido de perdón de Mauricio Macri y siguió con otro día negro en los mercados, el Presidente y el candidato del Frente de Todos, Alberto Fernández -amplio ganador de las PASO del domingo pasado-, mantuvieron una conversación telefónica de esas que ninguno de los dos quisiera tener pero que, dadas las circunstancias, no tuvieron más remedio. "Todos queremos preservar la institucionalidad y que todo transcurra en paz", explicó Alberto Fernández, que contó que fue una buena charla y que quedaron en seguir en contacto. Lo que en el Frente de Todos no quieren saber nada es con la posibilidad de un encuentro porque insisten que las medidas las toma el Presidente y que las consecuencias hasta el 10 de diciembre son su exclusiva responsabilidad. En la Casa Rosada quedaron conformes con los comentarios públicos de Fernández, por lo que esperaban que los mercados hoy amanecieran más tranquilos, según la particular visión que tienen sobre esta nueva crisis.

Una crítica en la que Alberto Fernández insistió es que, con anuncios como los que hizo ayer, entiende que Macri está poniendo su condición de candidato por encima de su cargo de presidente. "Esto que ha resuelto ahora es la necesidad de mostrar en campaña algo que no hizo antes y que lo hace en un contexto muy pero muy riesgoso. Lo único que le pido es que en este momento tan delicado prime su condición de presidente", marcó Fernández en la conferencia de prensa que improvisó en sus oficinas de San Telmo. También subrayó la necesidad que Macri llegue al 10 de diciembre. "Hay que ayudarlo al Presidente a llevar adelante esta transición que a él también le preocupa", sostuvo.

El diálogo se dio luego de algunos pasos de teléfono descompuesto que habían surgido entre ambos a posteriori de las primarias. Macri había asegurado el lunes que había llamado a todos los demás candidatos, pero Alberto Fernández contó que al menos a él no lo había contactado. En cambio, sí había recibido un mensaje de texto del ministro del Interior, Rogelio Frigerio, y había conversado con el presidente de la Cámara de Diputados, Emilio Monzó, a quien algunos ven cada vez más cerca del Frente de Todos. 

Macri volvió ayer sobre el tema en el anuncio de las medidas -supuesto paliativo a la crisis- grabado temprano en Olivos. Arrancó de una manera inusual, pidiendo disculpas por la conferencia del lunes. "Estaba muy afectado por los resultados del domingo, además sin dormir y triste por las consecuencias que tuvo en la economía", fue su llamativa excusa. A diferencia de aquella fantasmal aparición, ayer Macri lució maquillado y con un mensaje leído en teleprompter, a prueba de metidas de pata. Así, esta vez no culpó a los votantes de la escalada del dólar y del riesgo país, sino que dijo que era su exclusiva responsabilidad. "Estoy disponible las 24 horas", avisó sobre sus repentinas ganas de hablar con los otros candidatos. Se sabía que ya había conversado con Roberto Lavagana y con José Luis Espert. Le faltaba Fernández.  

Ayer, como vienen siendo sus últimas semanas, el candidato del Frente de Todos tuvo un día de agenda completa que arrancó desayunando con el gobernador electo de Santa Fe, Omar Perotti, y luego siguió dando clases en la Facultad de Derecho. Al terminar conversó con la radio El Destape y se enteró más en detalle de los anuncios presidenciales. Fue consultado sobre la posibilidad de una reunión.  "Pero no tiene sentido que nos reunamos, porque no nos vamos a poner de acuerdo. Yo tengo una visión diferente a la de Macri. No quiero ser partícipe de sus decisiones porque entonces a la Argentina qué opción le queda si todos pensamos lo mismo", respondió. 

Para cuando terminó de hablar tenía una fila de alumnos esperando para sacarse una selfie. Cumplido el ritual -al fin, se trata de un candidato en campaña-, leyó el mensaje que el Presidente le había mandado a su WhatsApp, en el que le proponía conversar porque sería bueno para mejorar la situación de los argentinos. Le dio el OK cuando llegó a su oficina y Macri lo llamó. No se conocen mucho, sólo conversaron dos veces en persona. Pero luego ambos coincidieron en calificar la conversación, de unos 15 minutos, como buena.   

"Recién tuvimos una buena y larga conversación telefónica con Alberto Fernández. Él se comprometió a colaborar en todo lo posible para que este proceso electoral, y la incertidumbre política que genera, afecte lo menos posible a la economía de los argentinos", escribió Macri en Twitter. Agregó que "se mostró con la vocación de intentar llevar tranquilidad a los mercados respecto a los riesgos de una eventual alternancia en el poder y quedamos en mantener una línea abierta directa entre los dos".

En el diálogo, Macri habría intentado un argumento parecido al de su tan criticada conferencia del lunes, cuando responsabilizó al "kirchnerismo" de la convulsión en los mercados. Alberto Fernández le recordó que la crisis financieras en el gobierno de Cambiemos son recurrentes, que, por ejemplo, cuando sucedió la de 2018 tanto él como Cristina Kirchner estaban muy lejos de la posibilidad de acceder a la Casa Rosada. Otra cuestión que Fernández se encargó de marcarle a Macri fue que en la escalada no debía despilfarrar las escasas reservas del Banco Central.

"Yo quisiera que la economía se tranquilice. Que todos los que estuvieron vociferando que nosotros éramos Venezuela y todas esas por favor que se desdigan , porque ellos fueron los que generaron este caos en el mercado, sembrando dudas inexplicables. No sé qué tengo que ver con lo que acusaron ellos", explicó después Alberto Fernández. En la rueda de prensa insistió en remarcar que él ni siquiera es presidente electo. 

La frase marca el equilibrio que busca mantener el candidato del Frente de Todos, en medio de un nuevo terremoto financiero en el que el Gobierno quiere enredarlo. Fernández no quiere de ninguna manera aparecer como avalando alguna decisión con la que no tiene nada que ver, aunque tampoco quiere que lo coloquen como un factor de desestabilización de una administración que luce debilitada y sin brújula. Por eso, remarcaban cerca suyo, no ven ninguna chance de un encuentro entre ambos con foto. "El es el presidente y la verdad es que no hace falta que me vea. Yo no puedo hacer nada, no tengo ni un diputado al que le tenga que decir qué hacer", dijo Fernández. 

Macri habló del diálogo en la reunión de gabinete. En la Casa Rosada consideraban que la evaluación pública de Alberto Fernández había estado bien, a lo que le sumaban una presentación de ayer del economista albertista Emmanuel Alvarez Agis -compartiendo escenario con nada menos que el ex secretario de Hacienda Luis Caputo- en un evento del mundillo financiero. Esperaban que fuera suficiente como señal tranquilizadora, siempre en su particular visión de que lo que teme el mercado es a un posible gobierno del Frente de Todos y no a la fragilidad de la economía macrista.