El pasado julio fue el mes con las temperaturas más elevadas registradas en el planeta en los últimos 140 años, informó este jueves la Administración Nacional de Océanos y Atmósfera de Estados Unidos (NOAA, por sus siglas en inglés). Según los científicos de la institución gubernamental, durante el mes de julio la media global de las temperaturas fue 0,95 grados Celsius superior al promedio de todo el siglo XX, que fue de 15,77 grados.

En su informe, la NOAA recordó que nueve de los meses de julio más calurosos de la historia se han registrado desde 2005, siendo los de los últimos cinco años los que tuvieron temperaturas mayores. El calor sin precedentes el pasado julio hizo que se redujera el hielo del mar en el Ártico y la Antártida a mínimos históricos.

El hielo del mar en el Ártico batió un récord en julio, al situarse un 19,8 % por debajo del promedio, mientras que el de la Antártida cubrió un 4,3 % menos de superficie que entre 1981 y 2010, siendo esta cobertura la más baja en un mes de julio en los 41 años que se toman registros.

La NOAA señaló que 2019 ha sido el año con mayores temperaturas hasta la fecha en partes del Norte y el Sur de América, Asia, Australia y Nueva Zelanda, así como en la mitad meridional de África y en porciones del oeste del océano Pacífico, el oeste del Índico y del Atlántico. En ese sentido, el informe subraya que entre enero y julio de este año la temperatura global estuvo 0,95 grados por encima de la media del siglo pasado que fue de 13,83, con lo que por el momento 2019 es junto al 2017 el segundo año más caluroso.

Por otra parte, un equipo de científicos alemanes y suizos detectó la presencia de microplásticos en la nieve, incluso en el Ártico, aparentemente transportadas a través de la atmósfera a zonas remotas del planeta. Hasta ahora, la presencia de microplásticos, una de las grandes amenazas para el medioambiente y la salud humana, había sido profusamente estudiada en lo que respecta a ríos, mares y sedimentos oceánicos.

Sin embargo, apenas se había analizado su posible transmisión a través de la atmósfera y su presencia en la nieve, con excepción de algunos estudios preliminares realizados en partículas halladas en los Pirineos y en núcleos urbanos franceses y chinos, destaca el comunicado emitido por ese instituto alemán.

Las tomas de esas pruebas de nieves árticos se han realizado desde un rompehielos polar del instituto, que recientemente partió hacia una nueva expedición.