Un video tomado por estudiantes del Colegio Nacional de Buenos Aires, este jueves, a la salida del turno tarde, muestra a un grupo de policías de la Ciudad agrediendo a un joven discapacitado que vende pañuelos en el subte E.

La agresión ocurrió el jueves a las 17.15, antes de pasar los molinetes de la estación Bolívar de la línea E.

Según lo que contaron testigos a Página|12, alguien manoteó algún celular o cartera a una persona y escapó entre la multitud que suele transitar por los pasillos que comunican con tres líneas, Bolívar (E), Perú (A) y Catedral (D). Al pedir auxilio, varios policías de la Ciudad se abalanzaron sobre el joven que vendía pañuelitos y que no tenía nada que ver con el hurto.

En la imagen superior se ve cuando un policía arremete contra el pibe que se encuentra en el piso, encima de él para sujetarlo.

El video muestra cuando es rodeado por otros policías, en total se llegan a ver cinco uniformados y una mujer policía, mientras el público se va agolpando alrededor.

Entre llantos se escucha gritar al joven "yo no hago nada, estoy trabajando para mi familia, yo soy discapacitado", mientras llora. Una joven grita "el flaco se las tomó", intentando explicar a los uniformados que el vendedor a quien están deteniendo no es a quien deben buscar. "¡Pobrecito!", grita la misma joven.

Mientras, otra mujer les grita a los policías "¡así nos cuidan!, ¡así nos cuidan!".

"¡Es inhumano esto!", grita otra mujer.

Un policía intenta explicar y la testigo le responde "¡sí, lo molió a golpes!"

"¡Es discapacitado!", grita otra, mientras que uno de los policías intenta calmar diciendo "nadie le hace nada", y le responden "¡sí que le pegaron!".

En un segundo video, se escucha decir desde el público, mayoritariamente alumnas y alumnos del Nacional de Buenos Aires, "¡así no!" y "¡esa no es manera de tratar a una persona!".

Algunos padres señalaron que sus hijas e hijos quedaron visiblemente impactados. Una chica le envió a su padre un texto que escribió al subir al subte:

"Bajamos a la boca del subte y se escuchan gritos.
'No me ahorques, no me pegues, loco.'
La gente, agolpada por la hora pico dedica una, dos miradas y sigue con su camino. Me acerco a ver y hay un policía, armado hasta los dientes y claramente entrenado, reteniendo en el piso a un hombre -aparentemente- en situación de calle.
'No me pegues, loco, no robé. Tengo que comer, no robé. Tengo que comer. No robé, tengo que comer.'
Lo repite una y otra vez, grita desconsolado como si estuviese solo pidiendo ayuda. Lo debe estar.
Mis amigos que me saben sensible me agarran y me tiran para el monilete, no vaya a ser que me quiera meter.
Busco la sube, no la encuentro. Mientras busco con los alaridos que nunca cesaron escucho al hombre gritar 'Matame! A ver, matame! Si igual estoy muerto de hambre, si igual no vivo bien, matame!'
Agarro la otra, no tiene saldo. Rompo en llanto. Mi amigo me manotea y me hace pasar con él, con un solo pasaje, y lloro todo el camino al subte. Cuando me subo ya al tren, empiezo a escribir."