Si la elección de octubre replica los números de las PASO, el Congreso mostrará una composición polarizada entre dos grandes bloques, el de Frente de Todos (FdT) y Juntos por el Cambio (JpC), lo que dejará con escasa representación a otras fuerzas. La excelente elección del FdT en distritos importantes como Buenos Aires, Santa Fe, Mendoza y Tucumán --y el haber achicado diferencias en la Ciudad de Buenos Aires y Córdoba-- lo convertiría nuevamente en primera minoría con 115 bancas aunque sin quórum propio, lo que alcanzaría con el aporte de partidos provinciales como aliados. Del otro lado, JpC –si logra sostenerse como interbloque tras una probable derrota presidencial– mantendrá una fuerte representación en la Cámara baja, no tan lejos del otro gran bloque, con 112 escaños. Solo 30 bancas se repartirían entre partidos provinciales como el santiagueño Frente Cívico, Córdoba Federal y el misionero Frente de la Concordia, además de Consenso Federal y el Frente de Izquierda (FIT).

Con el traslado de los guarismos de las primarias a la elección general de octubre, el FdT –que ganó en 22 de los 24 distritos electorales del país– se convertiría en la primera minoría en Diputados con 115 bancas propias. A pesar de la pérdida de votos y la derrota en territorios propios como Mendoza, Corrientes y Jujuy, JpC lo seguiría muy de cerca, siempre que conserve su actual estructura de interbloque con el PRO, la UCR y la CC, además de otros aliados.

La paridad entre ambas coaliciones se debe al piso del que ambas fuerzas parten para la renovación de la mitad de las bancas de la Cámara baja que se definirá en octubre.

El Frente de Todos arriesga en esta elección la mayoría de sus diputados: el FpV-PJ pone en juego 39 de sus 65 bancas, mientras que sus aliados del Frente Renovador y Red por Argentina se juegan 18 de 20. En conjunto, conservarán sólo 28 bancas propias hasta 2021. Mientras que Cambiemos (ahora Juntos por el Cambio) tiene un interbloque de 107 integrantes, más 3 aliados de Evolución Radical y sólo pone en juego 48 de esos escaños; conservará 62 con mandato hasta 2021.

Con 115 bancas --que incluyen a los diputados con mandato hasta 2021 que integran el Bloque Justicialista en representación de los gobernadores peronistas ahora plegados a la fórmula de los Fernández--, el FdT no alcanzaría en número mágico de 129, los legisladores necesarios para el quórum propio.

No obstante, dispondría de opciones para lograrlo en potenciales acuerdos con las otras 30 bancas que completan la Cámara baja: esa lista incluye a aliados del FdT como el Frente Cívico Santiagueño (con 7 bancas propias), los puntanos de Unidad Justicialista (2) y los misioneros del Frente de la Concordia (3). También a los que representan a Córdoba Federal (5), que responden al gobernador peronista Juan Schiaretti, y el propio Consenso Federal (4). También hay otras 7 bancas que integran distintos monobloques provinciales, como los neuquinos del MPN y los rionegrinos de Juntos Somos. Más complejo sería sellar acuerdos con los diputados del Frente de Izquierda, que conservarían sus actuales 3 bancas.

Territorios

* Buenos Aires. En el reparto de bancas si se repitieran los resultados de las PASO, el FdT se alzaría con 20 de los 35 escaños en juego en territorio bonaerense. Con la excelente elección que supera el 50 por ciento de los votos afirmativos, el FdT araña la renovación de las 21 bancas que arriesgan en conjunto todas las fuerzas que ahora integran el frente electoral (FpV, FR, Red y Movimiento Evita). Cambiemos (JpC), en tanto, renueva las 12 que pone en juego. Consenso Federal alcanza 2, y suma una a la que renueva, mientras que el FIT también renueva 1 propia.

* CABA. En la Ciudad de Buenos Aires, el distrito insignia del macrismo, JpC se alza 7 bancas, una más de las que renueva. Aunque la principal fuerza opositora porteña logró achicar diferencias, el FdT consigue 4 propias pero no le alcanza para renovar las seis que ponen en juego sus integrantes (FpV, FR y Somos). Consenso Federal se lleva la última y única que ponía en juego. Aquí, otras fuerzas menores como el FIT, no han quedado lejos de la pelea, si logran sumar votos en octubre.

* Santa Fe. Esta provincia ocupa el tercer lugar en cantidad de bancas en disputa, 10. Con su triunfo, el FdT consigue 4, una más de las que arriesgaba. El segundo lugar para JpC le permite renovar las 4 propias. En tanto, CF consigue una.

* Córdoba. Es el tercer distrito en cantidad de electores, pero el cuarto en el número de diputados que elige, 9. Pese a que en La Docta se achicaron las diferencias en la cantidad de votos, no hubo cambios en el reparto de bancas y cada frente electoral renueva las que arriesga: JpC 5, FdT 2 y el cordobesísmo de Unión por Córdoba 2.

* Mendoza y Tucumán. Aquí se reparten 5 bancas cada provincia y en ambas se invirtió el reparto. En la provincia cordillerana, el triunfo del FdT le aporta 3 bancas y suma una a las que renueva, mientras JpC se queda con 2, una menos de las que arriesga. En Tucumán, el FdT alcanza 4 escaños, uno más de los que tenían sus integrantes dispersos, en tanto JpC alcanza 1 y pierde otra.

* Cinco provincias elegirán 4 diputados cada una: Corrientes, Entre Ríos, Misiones, Salta, Santiago del Estero. En Corrientes, el FdT obtendría 2 bancas y no alcanzaría para renovar las tres que arriesgaba el peronismo dividido; las otras 2 fueron para JpC. Entre Ríos, en tanto, reparte igual que en 2015: FdT 2 y JpC 2. En Misiones el FdT alcanzó 2 bancas y sumó una a las que tenía, JpC también ganó 1 donde no tenía representación en juego, mientras que el oficialismo provincial del Frente de la Concordia alcanzó apenas 1 de las tres que renovaba. La elección en Salta otorgaría 2 bancas para el FdT que renuevas las propias, mientras que JpC obtendría solo 1 y resignaría la otra que ponía en juego a manos de CF. En Santiago se mantendría la ecuación: el Frente Cívico renovaría las 3 propias y el FdT la suya.

* Otras ocho provincias reparten 3 escaños cada una. En cinco de ellas --Chaco, Formosa, San Juan, Tierra del Fuego y Jujuy--, los dos principales frentes electorales nacionales conservan su representación, con el 2 para el FdT y 1 para JpC. En Chubut el FdT pone en juego tres bancas (2 del FpV y 1 del oficialismo provincial) y retendría 2, mientras JpC se alzaría con 1. El FdT retiene las dos que pone en juego en Río Negro, mientras que JpC pierde la propia a manos del oficialismo provincial de Juntos Somos Río Negro. En La Rioja se invertiría la ecuación, FdT obtendría 2 bancas --ganando una--, en tanto JpC alcanzaría 1 y perdería otra.

* El resto de las provincias eligen 2 diputados cada una. En casi todas ellas (Catamarca, La Pampa, Neuquén, y Santa Cruz), se repetiría el reparto de 1 para el FdT y 1 para JpC. Solo en San Luis, las dos bancas a disputar en octubre están en manos del PJ provincial, que resignaría una a manos de JpC.

En el Senado

En la Cámara alta, los resultados de las PASO en los ocho distritos que renuevan su representación de senadores (CABA, Entre Ríos, Santiago del Estero, Chaco, Salta, Neuquén, Río Negro y Tierra del Fuego) aportan un caudal importantes de escaños a la bancada del Frente de Todos, donde el peronismo unido alcanzaría quórum propio sumado al Bloque Justicialista, que mayoritariamente representa a los gobernadores alineados con la fórmula de los Fernández, además de otros potenciales aliados. Igual que en la Cámara baja, la principal fuerza opositora sería la de JpC.

El FdT se alzaría con la mayoría de las bancas en juego (2 de 3 por cada provincia) en Entre Ríos, Chaco, Salta, Neuquén, Río Negro y Tierra del Fuego. En todas ellas conservaría su representación y la aumentaría en Neuquén, desplazando del primer lugar al MPN. Mientras que en Santiago del Estero, la mayoría sería para el oficialismo local del Frente Cívico y el FdT conseguiría la banca por la minoría.

Sólo en CABA, JpC conservaría su primacía y retendría los dos escaños, mientras el FdT se quedaría con la banca de su aliado Fernando “Pino” Solanas. Al tiempo que JpC también ganaría una banca en Neuquén, donde el oficialismo provincial del MPN quedó tercero, pero resignaría una propia en Río Negro, donde no presentó lista para favorecer a sus aliados de Juntos Somos Río Negro.

Si se repiten los resultados de las PASO, el FdT pasaría a contar con 17 senadores propios. Pero podría sumar en alianza a 12 senadores del Bloque Justicialista que preside el cordobés Carlos Caserio y reunir a quienes responden a los gobernadores alineados con la fórmula de Los Fernández. Con las excepciones de Carlos Menem y Carlos “Camau” Espínola: se mostraron muy cerca del aliado presidencial Miguel Pichetto --quien deja su banca-- y mantendrían un postura “independiente”.

Pero el FdT tiene una amplia frontera de posibles alianzas. Allí se suman los por ahora bloques provinciales del peronismo de Tucumán (2), La Pampa (2) y Chubut (2); así como la puntana Eugenia Catalfamo que responde al gobernador Alberto Rodríguez Saá y la neuquina Silvia Sapag, que si bien conserva la sigla del MPN sería electa en la boleta del FdT.

Todos ellos suman 37 bancas, el número mágico del quórum en la Cámara alta. Especialmente con partidos provinciales como el Frente Cívico santiagueño (2) y el misionero Frente de la Concordia (2).

Enfrente, si mantiene su interbloque, JpC conservará bancas propias (PRO 8 y UCR 15), además de las de sus aliados: Frente Cívico de Catamarca (1) el sanjuanino Producción y Trabajo (1) y el puntano Avanzar (1), así como el salteño Juan Carlos Romero que sería reelecto esta vez en la lista macrista y el rionegrino Alberto Weretilneck, al que JpC le facilita la llegada al Senado. También habrá bancas para otros peronistas que acostumbraron a acompañar al actual oficialismo con su voto: Carlos Reutemann y Adolfo Rodríguez Saá.