El hermano de Jorge Gómez, el hombre asesinado de una patada por el policía de la Ciudad Esteban Armando Ramírez, lamentó que la fuerza esté “buscando instalar que Jorge los amenazó con un cuchillo cuando la imagen lo muestra todo: en ningún momento intimidó a nadie”. Lo que pasó con Gómez, aseguró su familia, “no fue un accidente ni una tragedia” sino el producto de un golpe que “fue criminal: al caer al asfalto sufrió una fractura de cráneo que le produjo la muerte”.

La familia está sola, narró Ariel Gómez en una carta pública dada a conocer por la Garganta Poderosa. “Del Gobierno de la Ciudad no se comunicó ni se acercó nadie, como si no hubieran tenido nada que ver”, detalló. “Estamos solos, moviéndonos entre la morgue judicial, la Fiscalía y el Juzgado, para que no se trate de otro caso donde quede impune la bestialidad de las Fuerzas de Seguridad”.

La “prueba más contundente” que demuestra que lo que pasó con Gómez fue “un asesinato sin ninguna justificación”, para su hermano, “es el video”. “Repienso cada segundo el video y no comprendo cómo el policía Esteban Armando Ramírez pudo golpearlo así. Eran un montón de efectivos y mi hermano estaba borracho, podían reducirlo sin lastimarlo. ¿Cómo le van a pegar esa patada?”, preguntó Ariel.

“¿Quién me devuelve a mi hermano? ¿Quién? ¿La Policía? ¿El Gobierno de la Ciudad? Nadie (...) Estoy destruido, no entiendo cómo se pudo llegar a esto”, lamentó Ariel, al tiempo que recordó la estrecha relación que mantenían. “Desde siempre fuimos muy unidos, nos criamos y vivimos juntos. Nosotros somos de Santiago del Estero y hace más de 30 años que vinimos a Buenos Aires con mi viejo. Realmente no sé cómo seguir adelante”, dice la carta.

Jorge Gómez, a quien su hermano describió como “una muy buena persona”, tenía 41 años y trabajaba “sin parar”, “desde muy temprano hasta la tarde”, arreglando relojes de taxi, durante el día, y haciendo “delivery y ayudantía de cocina”, durante la noche, “porque con un solo empleo no le alcanzaba”.

Esa noche, su hermano no había vuelto a dormir. Como “salía seguido”, su ausencia no había despertado ninguna preocupación. “Hasta que vi el video por Facebook y se me cayó el mundo (...) Cuando llegué al hospital ya era tarde: me mandaron directamente a la morgue”, recordó.

Su prima, Micaela Gómez, también se enteró de lo ocurrido a través del video. “Si no fuera por ese video que se difundió, no sabíamos nada de él. La policía no vino” y tampoco “se comunicó nadie” del Gobierno de la Ciudad para pedir disculpas o dar explicaciones sobre lo ocurrido con su primo, explicó en diálogo con Futurock.

“No lo podía creer. Cuando lo reconocí, le dije al hermano que era él”, contó la joven, que pudo reconocer a Gómez a partir del “pullover rojo, el pantalón, las zapatillas” y la forma “chueca” que tenía para caminar.

Esa noche, Ariel y Micaela Gómez fueron a la Comisaría a hacer la denuncia pero, cuando preguntaron por Jorge, los uniformados les aseguraron que “no había ingresado ningún fallecido”. La policía, sin embargo, “sabía del video y se nos rieron en la cara”, aseguró la joven. Cuando les mencionaron las imágenes que ya estaban circulando por las redes, según el relato de Micaela, uno de los uniformados intentó explicar --mientras “se reía”--: “‘Hoy en día la gente sube un video y lo difunden de uno a otro. No creo que sea tu primo’”.

Para ella, lo que pasó con Jorge “fue un abuso policial” que se podría “haber evitado”. “Pero viste cómo son ellos. Ellos se defienden así, van a matar”, subrayó la joven, quien consideró que tanto la policía como las autoridades nacionales que promocionan la Doctrina Chocobar deberían dejar “sus cargos, porque así no se puede seguir. Con esta clase de gente no se puede seguir viviendo”.