La destrucción del empleo industrial durante la gestión Cambiemos es similar a la de la última etapa de la convertibilidad, un período de fuerte desindustrialización. Entre el cuarto trimestre de 2015 y el segundo de 2019 se perdieron más de 200 mil puestos de trabajo registrados, lo que implicó una caída del 15,4 por ciento. Por su parte, entre el segundo trimestre de 1998 y el cuarto de 2002, se destruyeron 230 mil empleos registrados, una baja del 24 por ciento. Así se desprende de un informe de la consultora Radar en base a datos del Ministerio de Producción y Trabajo y el Observatorio de Empleo y Dinámica Empresarial.

Durante los últimos cuatro años, el empleo industrial registró una caída permanente, incluso también en 2017, el único año que creció la economía en el gobierno de Mauricio Macri. Las causas de esta evolución negativa tienen que ver con el aumento de costos tarifarios, la suba de los costos financieros y la eliminación de esquemas de financiamiento. Por otro lado, se suma el impacto de la caída del poder adquisitivo, dado que la mayor parte de la producción industrial se destina al mercado interno. Y otra de las causas fue la apertura importadora, que afectó al conjunto de la industria, sobre todo en 2016 y 2017.

La importancia del empleo industrial radica en que se trata de trabajo de calidad. Suele tener salarios más altos y mayor proporción de registrados sobre el total, por lo que su destrucción implica una precarización del empleo a nivel general. Las perspectivas para lo que queda del año tampoco son alentadoras. Como consecuencia de la recesión, el ajuste monetario y el último salto cambiario, la industria seguirá cayendo durante el tercer trimestre del año. El problema es que el impacto no es sólo a corto plazo, sino también a largo. “La pérdida de capacidades y calificaciones de mano de obra son difíciles de recuperar”, establece el informe de Radar.

El documento elaborado por la consultora que dirige Paula Español, ex subsecretaria de Comercio Exterior, tiene un apartado del impacto en cada sector. La mayor caída se da en la industria electrónica (-29,2 por ciento), cuero y calzado (-29,8), confecciones (-21,7) y edición (-18,8). Las causas son la apertura comercial y la caída de la demanda interna.

La crisis del empleo es transversal a toda la industria: 21 de las 22 ramas industriales exhibieron caídas entre el cuarto trimestre de 2015 y el mismo período de 2018. Incluso, en la economía argentina, definida por Macri como el supermercado del mundo, la industria de alimentos y bebidas cayó 2,1 por ciento en tres años, lo que significa 8100 empleos menos. La causa fue la caída del consumo masivo y el pobre desempeño exportador, pese a la megadevaluación, en la que el gobierno prometía un boom exportador. 

Para el caso de las economías regionales, el resultado también fue negativo. La industria del tabaco mostró una merma de 13 por ciento, la de madera un 9,9 por ciento y la elaboración de vinos, 4,6 por ciento. “Lejos de las promesas iniciales del gobierno, las economías regionales también fueron afectadas por los aumentos de costos y la caída de la demanda interna”, concluye el informe.