En momentos de balance y claridad, podemos ver que lo que llamamos ‘yo’ no pertenece a nosotros en absoluto. Es algo del universo. Es el universo. Sujeto y objeto son lo mismo. Nishijima dice: ‘mi personalidad se extiende por todo el universo’. Ese algo, esa cosa que a veces llamamos ‘yo’ y otras veces llamamos ‘todos y todo lo demás’ equivale al presente. Pensamos que tenemos nuestra propia mente. No es así. Participamos en una mente que incluye a toda la creación. Este exacto momento es eterno. Siempre está allí. No ha nacido y no puede morir. Y no reencarna.

Tampoco mantiene creencias u opiniones a favor o en contra de nada en absoluto.

Sí, claro: vos preferís The Pogues a los Backstreet Boys, pero el universo no. Debería, desde luego, pero el cosmos los incluye y los abraza equitativamente*.

*Fragmento del libro Hardcore Zen, de Brad Warner.