Mientras que la delegación del FMI tomaba este sábado su primer contacto formal con el nuevo equipo económico, desde Nueva York siguen con extrema atención las derivaciones que pueda tener la situación de turbulencia económica y financiera en Argentina. Junto a la disputa comercial y tecnológica por la hegemonía mundial entre Estados Unidos y China, y la crisis política que podría convertirse en económica en Italia tras la fractura de la coalición gobernante, Argentina es considerado uno de los tres conflictos más preocupantes desde el punto de vista económico para Occidente. "Hay varios frentes interconectados en esta crisis argentina, y una situación de extrema fragilidad en varios de ellos; las reservas internacionales están cayendo peligrosamente, pero es un factor que todavía sigue generando un ancla para que la inestabilidad financiera no sea aún más complicada", advirtió Martín Guzmán, investigador de la Universidad de Columbia y especialista en deuda pública, quien desde Nueva York dio su enfoque sobre cómo se está viviendo desde esa capital financiera la crisis argentina.

Martín Guzmán, un estrecho colaborador del premio Nobel Joseph Stiglitz, señaló que "está claro que puede haber grandes problemas financieros y económicos de aquí a diciembre, está en situación extremadamente delicada y depende tanto de factores propios como externos. No depende sólo de lo que haga Argentina, ahora esperando que le llegue el desembolso del FMI; lo que pase en este sentido va a tener implicancias para la marcha de esta crisis pero también para la situación que reciba el próximo gobierno". 

En opinión de Guzmán, expresada en una entrevista por AM 530 Radio Cítrica, la posición que adopte el FMI en cuanto a habilitar o no el desembolso "va a estar atada a los intereses en juego detrás de este organismo, y el factor clave es cómo se paren esos intereses. Hasta ahora, el establishment financiero de Nueva York estaba interesado en sostener al gobierno de Macri y que cumpla sus compromisos, que pague la deuda y los intereses de los bonos; pero hubo una gran salida de capitales, una fuga de esos títulos soberanos y hay que ver en qué posición ha quedado ese establishment. Si todavía hay quien tiene bonos dentro de ese grupo influyente y todavía tiene algo por ganar con el desembolso, la probabilidad de que se otorgue es muy alta". 

"Si esa gente ya salió de los títulos, la posibilidad del desembolso es menor", indicó. "Hay una cuestión de prestigio del FMI también en juego, porque si deja caer a la Argentina sería un costo, pero tuvo muchos fracasos y el actual programa económico ya es un fracaso, pero no es tanto una cuestión de imagen del Fondo lo que  pesa, sino los intereses en juego que están por detrás", agregó. 

"Si no llega el desembolso, habrá que ver cómo reacciona el gobierno a eso, porque puede haber problemas serios de aquí a diciembre. Por eso es fundamental que no se liquiden las reservas; nos estamos quedando sin instrumentos para controlar una nueva corrida cambiaria", advirtió finalmente, reclamando "tener cierto equilibrio para comunicar la delicada situación en que se encuentra la economía, pero sin agitar expectativas infundadas, como que vamos hacia un default, porque no es el caso".